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«Alicante tiene tejido teatral y hay que dejar que crezca»

El director Juan Pastor vuelve al Arniches para estrenar «Diktat» con Morgan Blasco y Toni Misó

El director teatral alicantino Juan Pastor, ayer, en el Teatre Arniches. Alex domínguez

Juan Pastor dirigía un hotel familiar en Alicante y un día de 1972 se marchó a Madrid con su amigo Luis de Castro, guiados por «una inquietud política, social y artística» y «buscando algo que aquí no encontrábamos», recuerda quien se quedó en Madrid mientras De Castro iniciaba el camino de regreso días después. Ahora Pastor vuelve a su ciudad natal para dirigir por primera vez una obra: Diktat, un texto del francés Enzo Cormann con el que debuta la compañía alicantina Col.lectiu Intermitent. La obra, una reflexión sobre los nacionalismos, se estrena este viernes a las 20 horas en el Teatre Arniches y propone un tour de force entre los veteranos actores Toni Misó y Morgan Blasco, fundador de la compañía.

«A Alicante había venido algunas veces con obras que traíamos desde Madrid pero nunca había estado aquí haciendo teatro ni me había quedado tanto tiempo», explica esta figura de la escena, que después de encontrar lo que buscaba en Madrid -una forma alternativa de producción teatral- tras enrolarse en cursos y montajes del Teatro Experimental Independiente, de enraizar su vocación y trabajar veinte años como profesor de la Resad, de fundar y dirigir durante dos décadas más la compañía y el mítico teatro Guindalera -del que se retirará el próximo 31 de diciembre-, por fin, vuelve a casa invitado por Morgan Blasco para dirigir una producción «cien por cien alicantina».

«Creo que hoy hay actores maravillosos que siguen teniendo que irse a trabajar a Madrid y Barcelona. Cuando Paco [Sanguino] entró en el Teatro Principal pensé que había una esperanza, ya que no se trata solo de programar, sino de que aquí hay un tejido teatral y hay que permitir que crezca», plantea Pastor, que afirma estar trabajando «con profesionales fantásticos: el músico Luis Ivars, la escenografía de Joan Sabas, la iluminación de Mingo Albir... Hay una serie de elementos necesarios para hacer producciones muy interesantes de teatro profesional en Alicante Y eso es algo muy importante. Esta es una propuesta profesional, de gente con mucho recorrido que apuesta por producir aquí».

Él se sintió «encantado» de colaborar en la aventura «porque estoy deseando que suceda algo aquí, pero algo de verdad. Alicante podría ser Málaga, que es un centro cultural con salas alternativas, exposiciones, un festival de cine maravilloso...», apunta el director teatral que, pese a la distancia y el tiempo, considera esta su ciudad, «a la que siempre vuelvo con cierto sentimiento de pérdida y no me gusta a veces lo que veo».

No obstante ve hoy «más esperanzas para el teatro en Alicante. Ganas hay y gente, también», a pesar del «esfuerzo titánico» que requiere levantar una obra como Diktat, «fundamental» y muy vigente «porque habla de la manipulación del nacionalismo, de posibles enfrentamientos en una situación delicada como la que vivimos» y que aporta al debate «al menos, una reflexión: ¿qué es más importante, el vínculo personal o nacionalista, las personas o las identidades? Yo tengo amigos con los que ya no puedo hablar de algunos temas porque hay algo emocional que se rompe. Y la obra habla de eso, de dos hermanos que se separan». Para ello cuenta con «dos actores como la copa de un pino», Blasco y Misó, cuyo trabajo es «inmenso». Con esta obra, confiesa, «la espinita que llevo clavada desde que salí de aquí me la quito un poco».

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