El Nobel de Física reconoció ayer los descubrimientos teóricos en cosmología física y el primer hallazgo de un planeta en órbita alrededor de una estrella similar al Sol fuera de nuestro sistema (exoplaneta).

El canadiense-estadounidense James Peebles y los suizos Michel Mayor y Didier Queloz fueron distinguidos por la Real Academia de las Ciencias sueca «por su contribución al entendimiento de la evolución del universo y el lugar de la Tierra en el cosmos», según el fallo. Si Peebles es considerado el fundador de la comprensión moderna de la historia del universo y el hombre «que asentó la cosmología en el mapa científico», Mayor y Queloz revolucionaron la astronomía abriendo camino a nuevas teorías sobre los procesos físicos responsables del nacimiento de los planetas.

El miembro de la Academia sueca de Ciencia Ulf Danielsson explicó a la prensa los detalles del premio, para lo que escogió una buena taza de café con leche y azúcar. Y es que para Danielsson el universo puede crearse en una taza de cristal, a la que fue echando café: «esta es la energía oscura»; la «cantidad justa de crema, esta es la materia oscura, y ahora una pequeñísima cantidad de azúcar, esta es la materia ordinaria, sobre la que ha girado la ciencia durante miles de años... hasta ahora».

La luz procedente del nacimiento del universo fue capturada por primera vez en 1964 por los astrónomos estadounidenses Arno Penzias y Robert Wilson, premiados con el Nobel catorce años después. La antena de comunicaciones que construyeron detectaba también un ruido de fondo desconocido que no podían eliminar y que resultó ser la radiación de fondo de microondas, una radiación fósil que actúa de eco del Big Bang y cuya existencia había predicho Peebles.

Peebles se dio cuenta de que la temperatura de esa radiación podía proporcionar información sobre la cantidad de materia creada en el Bing Bang y para saber cómo se desarrolló el Universo desde su primera infancia hasta hoy.

Durante dos décadas desarrolló herramientas teóricas y las aplicó para descubrir los componentes más misteriosos del universo: la materia oscura (26 % del universo) -de la que solo se conocen algunas propiedades- y la energía oscura (69 %), esa fuerza que obliga a que las galaxias a apartarse unas de otras cada vez más rápido.

Peebles ha lanzado teorías aún vigentes sobre la composición de la materia oscura, uno de los grandes misterios de la cosmología, y su idea de recuperar la constante cosmológica, propuesta en su día por Albert Einstein, ha ayudado a reforzar la hipótesis de un universo plano. A través del trabajo del nobel canadiense y de las nuevas formas de observar y medir nuestro universo, la cosmología evolucionó hasta ser una ciencia de previsión basada en fundamentos matemáticos, dijo Danielsson.

Mientas Peebles se centró en «el café y la crema» de aquella taza que representa el universo, Mayor y Queloz lo hicieron en lo que es «más importante para nosotros, el azúcar», es decir en la materia ordinaria, de la que estamos hechos nosotros y todo lo que nos rodea, agregó Danielsson.