Serán 18 los premiados, tantos como categorías, pero ese reconocimiento individual pretende convertirse en un foco más general que ponga luz en la producción escénica de la Comunidad Valenciana. Con esta filosofía presentó ayer la secretaria autonómica de Cultura y Deporte, Raquel Tamarit, los Premios de las Artes Escénicas Valencianas 2020, que se entregan el lunes en el Teatro Principal de Alicante. «Queremos mostrar a la sociedad el trabajo que se realiza en este sector que es muy potente, con una riqueza de primer orden, para que la gente tenga ganas de ir al teatro».

Alicante se convertirá así en «la capital de las artes escénicas valencianas» -el año pasado fue de la música, ya que los premios del IVC van rotando por la tres capitales de la Comunidad- cuando sobre el escenario y en las butacas, se den cita en la ciudad protagonistas del teatro, la danza y el circo, disciplina esta última que servirá de hilo conductor en la entrega de premios, a los que optan artistas alicantinos en una decena de categorías.

Por eso, el Institut Valencià de Cultura eligió al alicantino Lucas Escobedo, con compañía de circo propia y además nominado a cuatro galardones por su espectáculo Yolo, para dirigir la gala.

«Queríamos que el circo contemporáneo fuera el conductor a lo largo de toda la gala -destacó Roberto García, director adjunto de Artes Escénicas del IVC-, porque es una disciplina que está en una fase de crecimiento muy importante; además es muy transversal porque incluye otros lenguajes como teatro, música y danza, y Alicante es un granero importante de circo».

No podía estar más de acuerdo Escobedo que ha desterrado la figura del presentador para abrir la puerta a un formato «coral» con actuaciones. «Hemos conseguido que todos los artistas que participan, diecisiete, sean de Alicante, València y Castellón, aunque no ha sido fácil cuadrar fechas», afirmó Escobedo. «Cada uno pasa por un momento protagonista pero luego tienen un fuerte componente la coralidad y el grupo».

También ha optado por elegir a gente de las artes escénicas para entregar los galardones. «Hay actores o bailarines o técnicos que no estarán nominados o ya no trabajan en la escena y nos gustaba que fueran ellos quienes entregasen los premios, gente que ha hecho o está haciendo algo importante para el desarrollo de las artes escénicas valencianas».

La duración del acto es uno de los escollos a los que se enfrentan este tipo de celebraciones y Escobedo lo tiene muy presente. Aún así, es consciente de que «es una oportunidad de agradecimientos y quién sabe si esa persona volverá a tener esa posibilidad o no, es un momento especial y pueden hablar lo que quieran». Su objetivo es una hora y media o dos como mucho. «Toda la parte que controlamos nosotros está comprimida, queremos que sea una gala escueta y eficiente».

La gala cuenta con un presupuesto que ronda los 90.000 euros, según señaló Roberto García que recordó que estos premios tenían una larga tradición pero se cancelaron en 2002. La Generalitat los recuperó el año pasado y está será la segunda edición de la nueva etapa. Una convocatoria que destaca «por la excelencia artística y la diversidad en cuanto a lenguajes, generaciones y estilos diferentes».

Son dos jurados los que intervienen. El primero integrado por nueve expertos de las asociaciones profesionales de artes escénicas, que realizan la selección de nominados, y luego el que decide los premios. Las producciones del IVC no pueden competir en las categorías superiores. Este año se ha añadido además la categoría de arte en calle.

Premio de Honor para Rodolf Sirera

El dramaturgo y guionista es uno de los referentes en la renovación del teatro valenciano contemporáneo

El dramaturgo Rodolf Sirera (València, 1948) recibirá el Premio de Honor de las Artes Escénicas en la gala del próximo lunes, tal como desveló Raquel Tamarit, «una persona muy merecedora de este galardón» y una de los referentes «en la renovación del teatro valenciano contemporáneo, junto a su hermano Josep Lluís», destacó la secretaria autonómica de Cultura y Deporte.

Dramaturgo, traductor y guionista de series como El Súper, Amar en tiempos revueltos, Amar es para siempre o La catedral del mar, Sirera está considerado uno de los autores más destacados de la Comunidad y «representa la figura del intelectual comprometido, con una formación sólida».

Son más de 50 obras las que ha escrito a lo largo de su trayectoria, la última estrenada, Dinamarca. Como dramaturgo, en la producción de Rodolf Sirera destacan textos como Plany en la mort d'Enric Ribera (1974), El brunzir de les abelles (1977), El verí del teatre (1978), Cavalls de mar (1988), Silenci de negra (2000) o Trio (2012).

Ha adaptado obras de Albert Camus, Eduard Escalante, William Shakespeare o Henrik Ibsen. A partir de 1995 incrementa su producción de guiones, principalmente de teleseries, con productos de gran éxito como, además de los antes citados, Nissaga de poder (1996-1998) o Temps de silenci (2001-2002).

Su trayectoria ha sido reconocida con numerosos premios, entre ellos el Crítica Serra d'Or en cuatro ocasiones y en dos ocasiones el Premio Max de las artes escénicas. En su faceta como gestor, Sirera fue director de los teatros de la Diputación de Valenica y jefe de servicios de la Generalitat.