No se consideraba escultor y renegaba de que su trabajo estuviera relacionado con esa disciplina. Pero solo hay que darse una vuelta por la tercera planta del MACA para darse cuenta de que esa acepción no es incorrecta. La exposición permanente de la Colección Sempere del Museo de Arte Contemporáneo de Alicante se ha renovado, algo que ha permitido sacar a sala trece esculturas del artista de Onil que estaban en los almacenes del centro.

Entre ellas, tres piezas de las que solo una se había exhibido en público. Con la particularidad de que además de ser esculturas, se alejan del estilo y la línea del resto de su producción. Son piezas realizadas en mármol procedente de las canteras de Novelda, en concreto de la del que fuera propietario de la galería Italia, Paco Pastor. Dos de ellas representan dos medias esferas separadas, cada una de un color (roja y negra, y blanca y negra), y otra es una esfera entera negra.

La roja y negra, Rompimiento de la esfera, pertenece a los fondos del MACA y fue expuesta en la muestra dedicada a Eusebio Sempere que se organizó en la Lonja en 2005. Las otras dos, que no se han exhibido nunca, forman parte de los fondos de Florencio Martín -hermano de Abel Martín, compañero del artista- y los ha cedido al MACA en depósito.

Todas, que tienen un diámetro que ronda los 30 centímetros, fueron ejecutadas entre 1976 y 1977, durante sus viajes a Alicante. «Las ves y no las identificas con Sempere, es verdad que son esféricas pero no tienen nada que ver con otras», asegura la conservadora del museo, Rosa Castells, que incide en que la Fundación Renfe cuenta con otra pieza se mármol de esta línea en su colección.

«No tenemos información de por qué realizó esas obras de esa forma. Son piezas geométricas al fin y al cabo, pero esa geometría no está partida en varillas como es habitual en sus esculturas, es compacta y pesada», destaca. «Pero tienen una textura fantástica porque el mármol que utiliza son piezas escogidas y la textura de la propia obra resulta muy sugerente».

El caso es que a Sempere le gustó esta línea para hacer estas piezas. «Son obras que se escapan a lo que tenemos contextualizado de Sempere, son piezas extrañas que se alejan de su línea habitual pero que son muy interesantes».

Estas tres esferas conviven ahora en el MACA con una decena de esculturas ya identificadas con el artista. «Hemos retirado la pintura y hemos sacado esculturas que no estaban expuestas», afirma Castells.

Así, se pueden ver esculturas luminosas, colgantes o rejas que «sorprenden si atendemos a sus propias palabras negando una y otra vez su trabajo escultórico». Una ejecución que «es un acercamiento a la modernidad; no le interesan los métodos escultóricos clásicos: ni vaciados, ni molde, ni modelados. Tampoco se siente identificado con materiales tan nobles como la piedra o el bronce». Según la conservadora del MACA, «la escultura semperiana se instala en su tiempo; materiales y técnica empleados por la industria en otros menesteres se someten al rigor matemático y varilla a varilla, conforman un volumen escultórico que a la vez y paradójicamente está emparentado con el espíritu clásico».

Además de las esculturas, se ha renovado la muestra de gouaches sobre papel y se exhiben 23 nuevos trabajos de la época de París, entre 1955 y 1969, que se unen al relieve luminoso de 1959, depositado por el Mubag.

Algunos de esos gouaches también se exponen por primera vez, tal como apunta el concejal de Cultura de Alicante, Antonio Manresa. «Otros han vuelto tras las exposiciones sobre Sempere que se han realizado en el Museo Reina Sofía y el IVAM; es un trabajo excepcional que supone un acercamiento a la abstracción geométrica».