¿Cómo y cuándo nació su última novela, Sábado, domingo

Tenía en mente hace tiempo escribir sobre algo que sucede en esos sábados que se nos van de las manos a veces. La idea era la de la obra de teatro de David Mamet ¿Qué pasó anoche?, pero formulando la pregunta treinta años después. Esa era un poco la estructura del libro, intentar recordar, después de mucha resaca, qué es lo que sucedió y, mientras lo tratas de averiguar, darte cuenta de quién eres después de todo ese tiempo, de cómo has cambiando tú y tus impresiones sobre las cosas.

¿Cuánto hay de autobiográfico en esta obra?

Se hacen personajes con retales de uno mismo, pero son personajes al final. En ocasiones se utilizan la propias vivencias para crearlos, pero hasta el propio autor a veces no sabe qué partes son verdad. Por supuesto algunas cosas mías se las he prestado al protagonista de Sábado, domingo y otras me las he inventado. Por ejemplo, yo soy epiléptico y narcoléptico, como Federico, pero otras cosas que le pasan, a mí nunca me han ocurrido. Quizás yo sea más el personaje de su prima, Virginia. Mi experiencia es más parecida a la de ella que a la del triste Federico.

¿Definiría Sábado, domingo

Yo diría que sobre todo es una novela sobre la sospecha, que viene antes que la culpa. La sospecha cuando se arrastra pesa tanto como la culpa.

¿Tiene usted, como el protagonista, alguna «medusa tenebrosa» a sus espaldas que le quite el sueño?

En lo literario no. En cuanto al terreno personal, refiriéndonos a cómo uno duerme por las noches, siempre te queda la duda de no haber hecho algo todo lo bien que podrías.

Sábado, domingo recuerda al primer Ray Loriga, al de Sábado, domingoLo peor de todo,

La idea era contrastar esas dos voces. Ahora tengo 52 años y quería recurrir a ese juego. Necesitaba esa voz de joven para contrastarla con esta otra. En vez de inventármela, empleé mis libros. No es que me los volviera a releer. Solo tuve que revisitar la memoria de esa voz para volverla a poner en marcha. Pensé que me costaría, pero luego fue como ver a un viejo amigo.

¿Sintió añoranza de esa voz joven?

No. Sentí cierto cariño, como el que sienten dos amigos que no se ven desde hace mucho tiempo, pero que todavía tienen algo en común.

¿Es la persona que de niño imaginaba llegar a ser?

Difícil, tanto la pregunta como la respuesta, no lo sé. Cuando era pequeño quería ser escritor y soñaba con morir antes de los 30, a los 27 a ser posible, como las estrellas, pero luego los días se van sumando y dejas de hacerte unos cálculos casi ideales de quién vas a ser. Simplemente con el paso del tiempo vas asumiendo una construcción de ti mismo. Eres un poco menos osado. Al principio es más angustioso, porque sueñas con ser, y luego miras para atrás y ves lo que eres, para bien y para mal. Yo soñaba con ser escritor y serlo mucho tiempo, y eso lo he conseguido. Pensé que a lo mejor a los 30 ya me habría muerto, pero aquí sigo. Es verdad que la ilusión de uno mismo cuando uno se imagina tiene un hálito de proyección, pero de niño estás ante un vaso vacío. Luego no tienes más remedio que mirar lo que has pintado, las manchas que has dejado y los pasos que has dado. Es otra perspectiva, que también tiene su belleza y su gracia, casi la contraria.

El discurso interno del protagonista de Sábado, domingo fluye con aparente sencillez y naturalidad, pero conseguir eso tiene su dificultad., domingo

Es algo en lo que he pensado mucho desde que empecé. Yo le llamo el movimiento Fred Astaire porque cuando ves a este artista en acción, parece que no baila, que no ha ensayado, simplemente que él es así. El trabajo de un bailarín es que no se note todo el esfuerzo, el ensayo, la técnica y el rigor que lleva a esa aparente naturalidad. Siempre me ha obsesionado. No es que me compare con Fred Astaire, que más quisiera, pero sí es algo que he buscado toda mi vida, soltar un carrete, como el que va a pescar y lanza la caña, y hacer todo el trabajo necesario para que parezca algo natural.

En España el número de mujeres que lee supera con creces al de hombres. ¿Escribe pensando en un perfil concreto de lector?

No específicamente. No creo que haga un esfuerzo extra para llegar a mujeres o a hombres.

¿Qué proyectos tiene entre manos?

Ahora mismo, como Sábado, domingo es muy reciente, no estoy con una nueva novela, sí tengo ideas apuntadas. Estoy con una historia para cine,pero prefiero no contar más hasta que el tema esté muy cerrado.

¿Cuál es su máxima aspiración como escritor?

No aburrir y, luego, no divertir para nada. Dejar un poso, algo que tenga un interés y, sobre todo, que esté bien escrito.