c. Martínez

«A mí me llamaron para decirme si yo podía y si me interesaría dirigir el Teatro Principal y dije que sí». El candidato propuesto por el Ayuntamiento de Alicante por iniciativa de Ciudadanos para tomar las riendas del coliseo alicantino, Juan Luis Iborra, confirmó ayer que había aceptado la propuesta, pero aseguró que «a mí no me dijeron que me tenía que presentar a nada» y que se enteró por los medios de comunicación del tema del concurso.

El director, que se encontraba ayer ensayando el musical Dream Drag. Los sueños de Freud que se estrena el próximo 1 de octubre, destacó que «es un reto precioso y me pilla en un momento de la vida, con una trayectoria dentro de la profesión, después de haber hecho cine, teatro y televisión, y es muy apetecible».

Iborra afirmó que se puso en contacto con él el concejal de Cultura, Antonio Manresa, y «me dijeron que el martes -por ayer- sabrían algo». Del hecho de tener que presentarse a un concurso «no sé nada». Eso supone ahora que para poder ser director del Principal tendrá que concursar en el proceso de selección como otros candidatos que quieran optar a este puesto.

«¿Presentarme? Pues no sé qué tengo que hacer, supongo que ya me dirán», destacó el que ha sido director de la gala de los Goya en varias ediciones.

«Hay mucho trabajo por hacer... me gustaría hacer tantas cosas para la gente joven; yo soy de los que lucha y piensa que el teatro debería ser una asignatura en las escuelas porque aprendes a convivir, a compartir».

Juan Luis Iborra nació en Alfiz del Pi y tenía 15 años cuando pisó el Teatro Principal por primera vez. «Allí he visto lo mejor porque creo que la mejor etapa teatral en España ha sido la Transición, entonces estábamos deseando ver cosas nuevas».

Recordó también su faceta como actor en el mismo Principal, donde presentó sobre las tablas El rey Ordaz y su infamia, de Fernán Gómez, y años después, el estreno nacional en este teatro, ya como director y guionista, de Mentiras, incienso y mirra. Ahora, si todo sale bien, «es como que el círculo se cierra».