Proyectar y poner en marcha una compañía joven teatral en un pueblo de apenas 400 habitantes ante el reto actual de la despoblación no es un contraste sino una hermosa realidad.
Al menos este es el trabajo que se está llevando a cabo en Alfafara, al norte de la provincia, en una iniciativa impulsada por alicantino Ismael Sempere que evidencia un hecho inapelable cuando el teatro canaliza la vida cultural de todo un pueblo, entregado y partícipe de esta causa desde hace más de un siglo.
Es más, lejos de conformarse, Sempere, junto a todos los colaboradores y miembros del Grup de Teatre d'Alfafara, ha realizado también una labor de recopilación histórica con testimonios y catalogación de sus obras con auténticas joyas que se remontan a 1919.
«El teatro ha sido un elemento básico en la formación y la historia del pueblo de Alfafara», explica Ismael Sempere sobre este arte que «como en la antigua Grecia, es un punto de encuentro para la gente: un entretenimiento pero también un lugar donde encontrarse con los tuyos y compartir risas y experiencias con las que disfrutar», resalta Sempere sobre esta agrupación teatral que cuenta, en la actualidad, con 22 actores con edades comprendidas entre los 14 y 87 años.
«Lo primero que hemos querido hacer es recuperar el teatro popular de fiestas. El teatro de fiestas siempre ha sido un gran acontecimiento para el pueblo, para los propios actores y el público. Además, llevamos a escena dos obras de autores de referencia del sainete valenciano, y las abordamos con un planteamiento estético tradicional pero con una dirección y ejecución muy trabajada», señala Ismael Sempere, natural del municipio y filólogo de formación, residente en Barcelona ahora donde estudia en l'Escola Superior d'Art Dramàtic.
«Yo he recordado lo que he querido investigar y estudiar a partir de esto, una experiencia de teatro popular auténtica, en el que todo el mundo apoya, todo el mundo deja una silla para el decorado o lo otro hasta convertir y diseñar una escenografía profesional. La contribución es total», detalla.
El teatro es, como decíamos, el centro sobre el que gira la vida cultural de Alfafara. Porque, de no ser así, resultaría imposible explicar la construcción de su escenario a base de ayudas y contribuciones solidarias del municipio.
«La financiación del teatro es uno de los acontecimientos más bellos en la historia del pueblo de Alfafara ya que tuvo que ser financiado mayoritariamente con el dinero recibido en representaciones teatrales (a partir de las entradas, pero también con la venta de alimentos y refrescos que aportaba la gente del pueblo) y, además, el pueblo entero se dejó la piel en la construcción del edificio ya que cada uno, en la medida de lo que podía, contribuía con su construcción: un vecino por ejemplo cedió la piedra de su terreno, otro la arena de sus minas, otros aportaron los jornales de su trabajo, y otros encima sus animales para cargar la piedra desde la sierra, al Cantal de la Vila, y transportarla hasta el lugar donde se construyó. De todo ello hay muchísimos testimonios», comenta Ismael Sempere.
La primera representación de aquel escenario fue Una bena en els ulls ( Una venda en los ojos) a parir de la creación de un Patronato que rige la vida cultural y teatral. De este Patronato, pues, se cumplen en 2021 70 años, y todo el pueblo ya piensa en la celebración de este aniversario con la recuperación y puesta en escena de la obra.
Además, según informa Sempere, también se han esbozado otras ideas como el rescate del teatro de Santa Cecília, la del Betlem (una obra muy popular con música de un compositor local muy querido que se representaba durante diferentes días y que incluso llegó a realizar una gira por los municipios del alrededor); y la programación de cursos de diferente índole para el ámbito profesional y amateur del teatro.
