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Los correos del MARQ

Los arqueólogos Teresa Ximenez-De Embum, Juan Antonio López y Consuelo Roca de Togores y la restauradora Silvia Roca viajan el viernes a Teherán para controlar la llegada de las piezas y el montaje de la exposición en Irán

Teresa Ximenez-De Embum, Juan Antonio López Padilla, Silvia Roca y Consuelo Roca de Togores, en la vitrina donde estaba una pieza que ha viajado a Irán.

Ha sido un trabajo de fondo a lo largo de cuatro meses en los que, junto al equipo del MARQ, han tenido que afrontar costosos trámites burocráticos y seleccionar y revisar las piezas que ya se encuentran de camino a Irán, donde el próximo día 22 se podrán ver en el Museo Nacional de Teherán. Ahora han sido los elegidos para seguir los pasos de los 283 «tesoros» del centro alicantino y certificar tanto su llegada en perfecto estado, como su conservación, su exhibición en las condiciones adecuadas y después la vuelta a su lugar de origen.

Los arqueólogos Teresa Ximenez-De Embum, Juan Antonio López y Consuelo Roca de Togores, y la restauradora Silvia Roca son los correos del Museo Arqueológico de Alicante en Teherán y hacía allí volarán el próximo viernes para llegar a la capital iraní al mismo tiempo que las piezas.

Como correos, su función es «estar presentes en el momento de apertura de las cajas y contenedores que se sellaron aquí porque el precinto no se abre hasta que estamos nosotros», apunta Roca de Togores. «Luego hay unos listados que hemos enviado previamente y tenemos que comprobar que está todo en orden».

Las cajas de la que se ha convertido en la primera exposición de un museo español en exhibirse en la república islámica se irán abriendo progresivamente «según el programa expositivo y cómo van a ir ordenadas las piezas», aunque, asegura Juan Antonio López, «no conocemos cuál es el proyecto final del montaje».

«Nuestro cometido -asegura Silvia Roca- es velar por la conservación de las piezas, que hayan llegado bien, que no hayan sufrido en el viaje y controlarlas en todo momento hasta que se cierre la vitrina, además de comprobar que están en las condiciones adecuadas».

Son dos arquitectos iraníes los que se han encargado de ello, «un poco a la inversa de lo que hacemos nosotros cuando vienen exposiciones de fuera». Teresa Ximenez-De Embum habla del proceso: «Primero pasamos el listado de piezas, ahora están construyendo el discurso y luego comprobamos que no hay ninguna pieza desubicada en el tiempo o fuera de donde corresponde». Es decir, que ellos son quienes deben comprobar que ese discurso expositivo «es correcto, igual que todo lo que se incluye en los paneles, carteles y gráficas».

Desde que se decidió poner en marcha la exposición, la primera internacional del museo alicantino, «han sido cuatro meses de mucho trabajo -destaca Roca de Togores-, hemos hecho todo en ese tiempo, seleccionar las piezas, hacer los textos del catálogo, que incluye una veintena de artículos, y buscar piezas para sustituir las que nos llevábamos de las salas permanentes, que son 150».

A eso se une el tema administrativo y burocrático. «Pedir permiso al ministerio, aduana, restauración, embalajes... Ha sido todo muy profesional», según Teresa Ximenez-De Embum.

Las piezas, que han pasado todas por restauración «y un control exhaustivo para ver si podían soportar un viaje así» -afirma la restauradora del grupo-, las han elegido los comisarios de la exposición, que son los 13 arqueólogos del museo, entre las más de 3.000 que se exhiben en la exposición permanente y las más de 8.000 catalogadas que se encuentran en el almacén visitable. «Cada uno hizo una selección de 25 de su especialidad, se hizo un listado y luego se fue revisando hasta hacer la selección definitiva».

El criterio fue, según López Padilla, «que fuera representativa de la historia de la provincia de Alicante y de los fondos del MARQ, valorando también la conservación y el estado de cada una».

Como consecuencia, se han sacado de los almacenes fondos de las excavaciones realizadas desde el museo. Puntas de flechas de la Cova del Randero, un capitel de la Pobla de Ifach o una urna de enterramiento infantil, entre otras.

Para estos cuatro profesionales la experiencia resulta muy enriquecedora. «Para mí es increíble, porque además yo soy técnico de exposiciones y estoy acostrumbrada a recibir, el protocolo de actuación para mí es dentro del museo y ahora voy a salir a ver otras formas de trabajar», destaca Ximenez-D Embum.

La arqueóloga Roca de Togores ha salido como correo con piezas del MARQ a museos nacionales, «pero no tiene nada que ver porque aquí sabemos cómo funcionamos, pero allí para nosotros es desconocido, no sabemos si el sistema de control es igual y eso enriquece».

«Es la primera exposición internacional que sacamos fuera, pero aquí vienen desde hace mucho tiempo museos de primera, que tienen unos equipos muy grandes; nosotros somos muchos menos pero hemos hecho el mismo trabajo y en muy poco tiempo», afirma Juan Antonio López.

Ahora las piezas están en Amsterdam. Salieron por carretera hacia Barcelona y de allí los camiones con los fondos del MARQ y también con los del Museo Nacional de Irán que vuelven a su lugar de origen después de verse en Alicante continuaron hacia la ciudad holandesa. Mañana, volarán ya hasta Teherán. Allí se reencontrarán con los cuatro correos del MARQ. Su trabajo, de momento acabará el día 21, cuando la exposición esté lista para la inauguración el día 22.

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