La escritora canadiense Margaret Atwood dijo ayer que «espera y desea» que su nueva novela Los testamentos, junto con la anterior El cuento de la criada (1985), «sea una distopía», como suele describirse, y jamás una realidad.

Atwood (Ottawa, 1939) presentó Los testamentos, una de las novedades editoriales más esperadas, en un acto en la Biblioteca Británica de Londres, el mismo día que el libro se publica en inglés y antes de su aparición en español este jueves.

Dijo que la secuela de El cuento de la criada, que se ha convertido en un fenómeno mundial gracias a una serie de televisión, explora «el principio del fin» de Gilead, el régimen imaginario que en la primera entrega rige Estados Unidos, donde se subyuga y esclaviza a las mujeres.

La autora explicó que se decidió a escribir Los testamentos, más de tres décadas después del primer libro, porque se dio cuenta de que, en lugar de alejarse del universo de Gilead, el mundo «avanzaba hacia allí». Sin embargo, no quería que la segunda entrega fuera «una repetición» de lo ya narrado, ni tampoco una novelización de la exitosa serie, con la que comparte algún rasgo, según admitió.

A diferencia de El cuento de la criada, narrado por su protagonista Defred, Los testamentos cuenta con tres voces: la cruel tía Lydia como parte del régimen, la hija de una familia de la clase dominante y una joven de Canadá que lo analiza desde fuera.