En el siglo III antes de Cristo, los cartagineses encontraron en el Tossal de Manises el espacio que necesitaban para asentarse. Esa fue la primera ciudad que se construyó en esta zona de Alicante, conquistada a golpe de catapulta por los romanos en el año 209 a. C. La mayoría de los vestigios púnicos se encuentran bajo tierra como apoyo de la que luego fue la ciudad de Lucentum. Pero las excavaciones realizadas desde el MARQ en agosto en este yacimiento han sacado a la luz el camino de acceso a ese primer asentamiento cartaginés.

«Está tallado en la roca con un trazado curvo, que conducía a la puerta principal de la ciudad», apunta Manuel Olcina, director del MARQ y de esta campaña de excavaciones, junto a Antonio Guilabert y Eva Tendero. El camino, de entre 1,20 y 1,50 de ancho, deja ver las marcas de los carros que accedían a la ciudad por la puerta principal. «Sabemos donde está esa puerta, pero no está excavada aún; se encuentra en el cruce entre este camino que hemos encontrado y la otra calle principal cartaginesa, que se encuentra debajo del foro. Ahí estará la puerta».

Este hallazgo lleva a comprender por qué la ciudad romana presentaba un tramo curvo de muralla. «Cuando los romanos se instalan aquí, crean una especie de fortín militar con una puerta enorme dotada de sistemas de defensa y lo que hacen es que, en vez de construir la muralla encima del camino cartaginés, lo rodean con su forma original y lo meten en el recinto amurallado de la ciudad».

Lo que perseguían, destaca Olcina, es fortalecer su defensa, al crear un espacio abierto entre la puerta romana, la puerta cartaginesa y las murallas. «Era un especie de ratonera». El arqueólogo afirma que con este hallazgo se confirman sus hipótesis. «Sospechábamos que el camino estaba aquí porque encontramos huellas y al bajar hasta la roca ha aparecido el trazado original, sobre el que luego los romanos pavimentan, aunque manteniendo la curva».

El arqueólogo Antonio Guilabert, del Área de Colecciones y Excavaciones de la Fundación MARQ, destaca que con estos trabajos «hemos podido encadenar los caminos de acceso a la ciudad desde el siglo III a.C. al siglo III d. C., que es cuando la ciudad se abandona y empiezan a expoliar sus restos. «El camino cartaginés está tallado en la roca y conforme se va usando, hemos detectado que los romanos van elevando el camino aportando tierra y se va desplazando».

Para Olcina, lo «fascinante» es que la calle principal de la ciudad ya existía cuando la zona era un campo, antes de acoger el asentamiento cartaginés. «Lo que era un camino de montaña, lo aprovecharon los cartagineses como calle principal al hacer la ciudad, con unos 5,80 metros de ancho, y trazaron otra perpendicular que está debajo del foro».

El próximo año, los trabajos se centrarán en la musealización de este camino excavado, aunque no descartan que puedan realizarse las primeras incursiones en la puerta de la ciudad cartaginesa. «Para eso se necesita mucho trabajo y financiación».

En este sentido, la diputada de Cultura, Julia Parra, mostró su satisfacción por los trabajos realizados. «Estamos satisfechos de que la Diputación siga investigando este yacimiento, uno de los más importantes y bonitos de España. Seguiremos apoyando que continúen las investigaciones que se han emprendido en este centro de conocimiento y recuperación de nuestra historia». Y considera el hallazgo del acceso algo «de lo que estamos muy orgullosos; sin ninguna duda este es un centro ejemplar».