Con su habitual traje negro y camisa blanca, el que fuera uno de los todopoderosos productores de cine Harvey Weinsten se declaró ayer «no culpable» de las acusaciones de violación arrojadas por la actriz Annabella Sciorra ante un juez de Nueva York, que ha decidido aplazar todo el proceso al 6 de enero.

Weinsten llegó escoltado por su equipo de abogados, el tercero que designa desde que las acusaciones por abusos sexuales lo pusieran entre las cuerdas, tras la aparición de las primeras denuncias en octubre de 2017.

Con la denuncia de Annabella Sciorra, conocida por su papel en Los Soprano y que alega que Weinstein la violó en 1993, son ya tres los casos a los que debe responder el magnate de Hollywood, cuyos supuestos abusos sexuales catalizaron el movimiento #MeToo. Hasta ayer estaba imputado de violación en 2013 a una mujer que permanece en el anonimato y de practicar sexo oral de manera forzada en 2006 a Mimi Haleyi.