Hajar Chokairi, de 26 años, llega puntual a la entrevista, una conversación en fluido castellano y de la que deja entrever sus dos facetas: la de periodista y la de escritora. Apurando ya sus últimos días en Alicante, hoy mantiene un encuentro con la escritora Imane Djamil -ambas participan en las residencias creativas de Casa Mediterráneo- en el Café El Refugio titulado Cuentos y poemas de literatura viajera, a las 20 horas.
Chokairi viaja constantemente inspirada por el concepto rihla, muy popular en los países árabes y que plasma en su primer proyecto, Onorient, un periódico digital dedicado a la cultura que fundó con solo 21 años. «Son los exploradores que van de un sitio a otro, descubriendo nuevos países y que escriben todo lo que ven. Mi proyecto tiene que ver mucho con eso, se trata de actualizar el concepto y escribir una especie de carta de viajes con la que se pueden dar a conocer muchos artistas», explica sobre esta idea.
La que habla es la periodista que recorre los países árabes en busca de talento joven en un entorno convulso marcado por la Primavera Árabe de 2011. «Después de la revolución, me di cuenta de que había muchos artículos relacionado con temas como el arte urbano en Egipto», explica mientras rememora las razones que la llevaron a fundar el proyecto. «Todos esos artistas ya trabajaban antes de la revolución y no solo cuando hay conflictos políticos», argumenta.
No rehuye el tema de la política, pero prefiere hablar de cultura y de lo que pueden aportar los jóvenes árabes: «Dos tercios de la población de la región son jóvenes, esto era una forma de mostrar su energía y vitalismo», apunta.
Una nueva faceta
Sus viajes -entre los que destaca uno de seis meses por Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Líbano y Jordania- le aportan las ganas de escribir algo más que artículos periodísticos. «Pienso que la literatura es una forma de estar en el lugar de otras personas y de vivir las cosas con otros ojos, con otra identidad», expresa. Por ello, decidió escribir relatos cortos, la mayoría sobre temas filosóficos y cotidianos como el olor de las personas, la familia o el color rosáceo del cielo de París, donde reside.
Ahora habla la escritora que quedó finalista del Premio de Escritura Joven de Francia. «Al final todos mis temas son una metáfora, por ejemplo, el mundo interior y familiar que está muy presente en Marruecos, saco las ideas de mis vivencias y de lo que leo. Primero viene la idea y luego el concepto, nunca al revés», explica.
En Alicante, busca inspiración para su novela, que pese a que no es la primera que escribe sí es la primera que se pubicará. «En mis viajes me descubrí a mí misma y surgió esta inquietud por la novela porque es más compleja que los cuentos y sirve para demostrarme que puedo hacerlo», reflexiona
