Las obras de consolidación de Notre Dame de París, que fueron suspendidas el 25 de julio por razones de seguridad, se reanudaron ayer con nuevas medidas para los trabajadores tras la polémica sobre los riesgos de contaminación por plomo. El prefecto de la región Ile-de-France, Michel Cadot, hizo una visita para constatar la instalación y el buen funcionamiento de los nuevos dispositivos dictados por la Inspección de Trabajo. Una vez finalizada, explicó que había autorizado «la reanudación de las obras de la catedral de Notre Dame» con medios de descontaminación que garantizarán «la salud de los trabajadores».

Está previsto que puedan trabajar hasta 40 personas cada día, que tendrán que pasar por una unidad de descontaminación con duchas y con una zona de control que marcará la separación entra la llamada zona «limpia» y la «sucia», y donde habrá un registro de incidentes.