P ¿Qué ocurrió, cuándo y por qué tomar la decisión de marcharte?

R Pues más o menos un año después de publicar el último disco de Cooper. Fue un momento especial en el que todos los factores me hablaban claramente y me decían que era la hora de dejarlo. En parte porque he perdido la empatía con el público de la escena musical en particular y con la gente de la calle en general. También porque estoy un poco cansado y no veo la manera de hacer lo que hago mejor de lo que ya lo he hecho. Creo que mi capacidad de creación es limitada y ya he dado lo mejor de mí mismo. Y, sobre todo, porque tengo otros proyectos y otra vida que requieren mi atención ahora. No fue como cuando Los Flechazos, que hubo una especie de epifanía en aquel concierto en Toledo del que he hablado tantas veces, en el que vi que nuestra aventura se había terminado. Ha sido un proceso más gradual.

P ¿Es definitivo? ¿Se puede uno retirar del todo de la música?

R Es definitivo. No voy a grabar más discos, ni voy a montar otra banda, ni a girar. No sé si algún día volveré a subirme a un escenario, seguramente sí. Por una buena razón. A tocar dos o tres temas. Pero mi dedicación a la música desde esta frontera ha terminado.

P Sorprende tu decisión teniendo en cuenta que estabas en un gran momento. ¿Te has sentido fuera de lugar?

R Sí que pienso que es un buen momento para Cooper, tal vez eclipsado por el sonido del último disco, que no hemos sabido hacer como yo lo tenía en la cabeza. Porque la colección de canciones es de lo mejor que he compuesto nunca y la prueba es que a los seguidores del grupo les ha encantado a pesar de no ser como somos nosotros en directo. Pero es la mejor forma de decir adiós: dar un último concierto en el que todo el mundo diga: «Pero, ¿por qué? Si está muy bien este grupo...».

P ¿No has encontrado en todo este tiempo la respuesta que buscabas?

R La verdad es que no. Pienso que Cooper se merecía haber jugado otro papel distinto en la pequeña historia del pop nacional. Lo lamento también mucho por Mario y Dani, y por el resto de amigos que han tocado conmigo. Me hubiera gustado poder ofrecerles otra estabilidad, más acorde con el generoso compromiso que han demostrado conmigo. Seguramente aquella decisión de no volver a grabar elepés en 2002 pasó una factura demasiado alta.

P Quedan unos pocos conciertos hasta que llegue la fecha definitiva de noviembre en Madrid. ¿Estas últimas actuaciones van a ser diferentes ahora que todos sabemos que te marchas?

R Para mí no, y no creo que para los seguidores de Cooper lo sean tampoco. Vamos a seguir haciendo el mismo repertorio que hasta ahora, lleno de canciones nuevas y con algunos guiños al pasado, pero regateando la nostalgia. Cada actuación de Cooper se vivía desde dentro del grupo como una oportunidad de vaciarse; ahora seguiremos igual. Cada actuación es la última, para algunos del público con toda seguridad, así que no queda otra que darlo todo y disfrutar como si no hubiera mañana.

P ¿Te arrepientes de algo de lo que has hecho como autor? ¿Cambiarías algo?

R La verdad es que no, casi no hay canciones de mi repertorio que no me gusten. Bueno, sin el 'casi', en realidad. Me gusta mucho lo que he hecho, estoy muy orgulloso de haber tocado en mis grupos favoritos.

P ¿Cuál ha sido el momento más duro que has vivido como músico?

R Prefiero recordar los buenos momentos. Y pensar en los que quedan por venir, desde otra perspectiva. Tengo una colección de momentos preciosos para dar mucha envidia. He sido muy afortunado

P ¿Lo consultaste con alguien antes de tomar la decisión? ¿Cómo se lo tomaron en Elefant? ¿Y los fans?

R Bueno... [risas], es que nadie se lo ha creído todavía. Piensan que dentro de tres o cuatro años voy a volver. Es triste para todos. Entiendo que verme abandonar les hace a todos un poco más viejos; un poco más huérfanos también. Entiendo que para unos cuantos amigos es el fin de una era. Pero es que el 10 de noviembre voy a ser igual que el 9, no pienso que cambie gran cosa en mí.

P ¿Cooper o Los Flechazos? ¿Qué proyecto o grupo te ha aportado más personalmente y por qué?

R Me siento más cercano a Cooper, precisamente porque la mayoría de la gente se identifica más con Los Flechazos y Cooper ha sido mi intento idealista de hacerles cambiar de opinión.

P Tenías el respeto y la admiración de crítica y público. ¿Cómo lo llevas estos días cuando se aproxima el final?

R No creo que tenga el respeto y la admiración de la crítica. He sido transparente para la crítica, o para gran parte de la crítica, durante toda mi carrera. No estoy en las listas de 'lo mejor del año' desde ni recuerdo cuándo; no estoy en los libros sobre el revival mod (Revival, Ahora, no mañana); no estoy en los libros sobre el indie (Pequeño circo), ni en los artículos sobre los grandes hitos del pop nacional. He sido transparente, a pesar de haber estado en todos los sitios en los que había que estar desde hace treinta años. Pero nunca he dado codazos, ni he levantado el tono de voz. Yo estoy muy agradecido a todos los que me han apoyado, pero también soy realista y sé cómo celebré mis treinta años de carrera o cómo me sentí de solo en la presentación de Tiempo, temperatura, agitación en Madrid, a pesar de tener la sala llena de amigos. En cuanto al público, pasa un poco lo mismo. Mi público ha sido fiel, y lo adoro, pero no puedo seguir manteniendo un proyecto al que van a ver actuar 80 personas en cada ciudad. Hace nada estuvimos tocando en el Contempopranea después de Viva Suecia: un vistazo al patio, una mínima comparativa de la reacción ante las dos bandas, es suficiente para darte cuenta de que mi decisión es la acertada. El mundo ha cambiado y yo no quiero cambiar con él. Lo mío es la 'alta fidelidad' a mi aventura. No voy a cambiar.