María Rozalén nació en Albacete en 1986 pero se crió en la Sierra del Segura, concretamente, en Letur, un pueblo que no supera los mil habitantes. Aquello le dejó huella y, aunque se ha convertido en una cantante universal, tiene fijada su residencia en la Sierra de Madrid. Desde allí se aleja del ruido, la contaminación, el turismo y el consumismo. Suena el teléfono en su hogar y responde sin eludir ningún tema.

P Cursaste Psicología en Murcia.

R Sí, pues me fascina el estudio del comportamiento humano.

P En la carrera hay varias asignaturas sobre Psicología del Desarrollo. ¿En qué ha evolucionado María de los Ángeles Rozalén Ortuño?

R Soy más paciente, menos prejuiciosa, leo más... Me han pasado muchas cosas.

P ¿La fama cambia?

R Pierdes libertad, pero a la vez sientes que la gente te quiere. Esto es un arma poderosísima. Por ejemplo, para emitir tus opiniones. Además, se pueden hacer estudios sociológicos en redes. Menos con visiones destructivas, me quedo con todo.

P Cuando el río suena...

R El título es como los otros porque son refranes inacabados. En él hay relacionadas historias familiares.

P Ya.

R El amor se expresa de muchas formas. Lo lógico es preocuparte por el que tienes al lado.

P ¿También en políticos?

R La lógica es que deberían preocuparse por los que tienen cerca, pero... Parece una moda pensar más en uno mismo.

P ¿Con Beatriz Romero, intérprete de signos, traspasáis barreras?

R Nuestros conciertos son inclusivos y accesibles. Con ello pretendemos que todos tengan la posibilidad de escucharnos. Somos conscientes que tenemos responsabilidad social al ser referentes para muchas personas.

P La puerta violeta fue nominada a mejor canción en los Latin La puerta violetaGrammy

R La puerta violeta se ha convertido en un himno. Es muy emocionante.

P ¿Qué te parece la relación de los hombres con el feminismo?

R Creo que la mayoría de los hombres quieren que todos seamos iguales. Me rodeo de hombres que sienten así. Me encantan. Lo que pasa es que hay micromachismos que están por percibir, por lo que es necesario tiempo y paciencia para que haya comprensión social.

P ¿Vives con preocupación la tendencia de censurar conciertos?

R No creo que en mi caso sea censura, sino más bien revanchas políticas. Tirar el trabajo porque le gusta a otro partido. Es una torpeza hacerlo así. La censura no creo que sea el camino, sino más bien diálogo y respeto.

P ¿Crees que el trap es un peligro para el feminismo?

R Es que hay trap y reggaeton feminista. El problema son las letras. Por ejemplo, Calle 13 o el mismo Tangana han cambiado. Hasta qué punto podemos juzgar. Además, tenemos derecho a equivocarnos. El límite está muy difuso. Podríamos ser más comprensibles y pensar que en el planeta tenemos que vivir todos.

P ¿Ves límites en el humor?

R Creo más en diferenciar el buen gusto del mal gusto. Mis seres queridos y yo solemos echarnos buenas risas en el tanatorio. En los entornos más difíciles se genera mucho humor. Como reírse de uno mismo no hay nada.

P ¿Eres más de Raúl Cimas o de José Mota?

R Soy del humor manchego, de aquella persona que suelta una gracia y se queda seria.

P Afirmaste en eldiario.es que estabas «decepcionada» por el no gobierno de izquierdas. ¿Tu intuición te dice que habrá gobierno de izquierdas en septiembre o no?

R Me gustaría pensar que va a ver coalición. Si no sería una decepción triple.