Solo tiene 26 años pero lleva ya diez dedicada a la música y la suya, una suerte de «hip hop y pop con sentimiento, puro y duro», como ella la describe, hace años que traspasó el Atlántico y conquistó Latinoamérica, muy especialmente México -donde tiene 8 millones de oyentes al mes- pero también Perú y Chile. Ella es Rosana Martínez Navarro, Safree Sa de Rosana y free de libre»), que de niña memorizaba las canciones de Mecano que escuchaba su madre y hoy tiene siete discos con canciones propias, más de 200.000 suscriptores en su canal de YouTube y más de 80 millones de visualizaciones en sus vídeos.

Esta joven nacida en Sax se recuerda «toda la vida cantando» pero nunca quiso estudiar música, a pesar de las sugerencias de sus padres: «Yo quería aprender a hacer música por mi cuenta, no quería que me enseñara nadie y cuando cumplí trece años me regalaron una guitarra en casa y empecé a hacer canciones», explica la cantante y compositora, que reconoce en el rapero alicantino Nach su mayor referente «porque me gustaba mucho la poesía y el hip hop. Todos los raperos eran hombres y yo quería ser de las primeras mujeres en hacer rap, pero con 13 años nadie te hace caso ni te toma en serio», afirma Safree, que comenzó a subir sus primeros temas a la plataforma de MySpace en 2005 y dos años después dio su primer concierto en la Ciudad Deportiva de Sax con Picolo Znp.

«Desde entonces, no pasa ni un mes sin que me suba a un escenario», señala la cantante, que ya ha actuado ante 150.000 personas en Ciudad de México.

Lanzó su primer trabajo en 2011 (Distrito medianoche) con el que empezaron las primeras reproducciones en la red, y en 2012 estrenó Monocromático, con cuyo single Quédate a mi lado, la cantante de música urbana supera los 23 millones de reproducciones en las plataformas de streaming.

Ella todavía no se explica qué pasó con esa canción, que triunfó en España y, sobre todo, en México: «La saqué un verano, es una canción de desamor, una balada, y la gente la cantaba. Todavía hoy no me explico cómo fue tan viral, sin hacer promoción y sin el poder de las redes sociales... ¡Si yo venía de MySpace!», bromea.

Hoy es más fácil con su canal de YouTube y sus 110.000 seguidores en Facebook, 24.000 en Twitter o 24.000 en Instagram, pero entonces decidió irse a México a conocer a su público y se quedó a vivir en Ciudad de México entre 2014 y 2017. «Fue una experiencia nueva y muy buena, la cultura se vive de otra manera y la música no se escucha porque esté de moda, se entregan en los conciertos».

De hecho, la gira de su nuevo disco Ego -el séptimo- la abrió en México en marzo y la cerrará en México en diciembre, con ocho conciertos en este país, mientras que en España le quedan pocas fechas: el 4 de octubre en Barcelona (Barts Club) y el 6 de octubre en Madrid (Siroco) y un concierto sorpresa el día 5, además de que el 31 de agosto actúa en Monóvar Pop, organizado por Tony Aguilar, en el Casino de Monóvar.

Con Ego está ilusionada, ya que lleva dos años pensando las canciones «y es el primer disco que hago más profesional, grabado en el mismo estudio que Rosalía y si muero mañana es el disco con el que me gustaría que me recordaran», indica Safree, que se considera «muy pro-Rosalía, me encanta desde el principio y en Twitter me mandó unos corazones al ver una cover que hicimos de Malamente», relata, mientras de la polémica de C. Tangana, critica la prohibición («la censura es intolerable siempre») para tocar en Bilbao pero no comparte sus letras: «Somos responsables del mensaje que damos, te escuchan muchos menores y no creo en dar mensajes negativos».

Ella en sus temas habla de la relatividad del tiempo, la muerte, el maltrato o las relaciones tóxicas, y refleja la ambigüedad sexual en su último video, Tu día de suerte, con 4 millones de escuchas.

Hoy Nach sigue siendo su referente, al igual que David Bowie y Florence and The Machine, «pero lo raro es que no escucho mucho rap, oigo más rock, indie, música italiana o francesa... luego al cantar me inclino por el rap y el hip hop o el R&B, pero siempre digo que soy cantante con sentimientos que derivan en músicas distintas»