Preparando un aniversario

Preparando un aniversarioEl 30 de abril de 1918, Francisco Figueras Pacheco (1880-1960), cronista de la ciudad de Alicante, emitía un informe recordando una fecha: el 12 de febrero del año próximo se cumpliría el primer centenario del fallecimiento de Francisco Balmis y Berenguer, por lo que solicitaba al consistorio que comenzara, con tiempo, a organizar los actos para honrar la memoria de tan ilustre alicantino. En la sesión del cinco de febrero de 1919, el cabildo aprobaba un dictamen de la Comisión de Festividades por el que la calle de Niágara pasaría a llamarse del Dr. Balmis. Sin embargo, ese cambio de nomenclatura no llegó a producirse, pues fue la plaza llamada Torrent la que se rebautizó con el nombre de Balmis y que, a día de hoy, conocemos como tal. Así, de aquel febrero de 1919, año marcado por la conflictividad social y la pandemia de gripe, rememoramos dos días:

12 de febrero de 1919: una velada necrológica

12 de febrero de 1919: una velada necrológicaEn el Colegio de Médicos, el miércoles 12 de febrero, coincidiendo con la fecha exacta del aniversario, los doctores Albero y Sánchez Sanjulián organizaron una «velada necrológica» a la que asistieron casi todos los galenos de la ciudad. Evaristo Manero fue el encargado de inaugurar el acto, dedicándole unas palabras a Balmis, José García Torremocha, director del Instituto de Vacunación aportó un discurso centrado en las vacunas y también sobre este tema habló el doctor Mangada. Finalmente, se desarrolló un agitado debate en torno a la creación de un premio anual con el nombre de Balmis, barajándose varias propuestas en relación a su destino: para el mejor trabajo sobre etiología y práctica de la viruela o para el obrero más damnificado por dicha enfermedad o para aquél que más veces hubiese sido vacunado. Finalmente, a pesar de nombrar una comisión para dirimir el asunto, dicho galardón no llegaría a prosperar.

16 de febrero de 1919: un banquete y dos mítines

16 de febrero de 1919: un banquete y dos mítinesEn Alicante, para la tarde del 16 de febrero, estaban programados dos mítines: por un lado, un «mitin popular» en la Casa del Pueblo, presidido por el que fuera alcalde, Eugenio Botí, para protestar contra el «caciquismo» manifiesto en las elecciones a la junta directiva del Tiro Nacional y, por otro, un «mitin sanitario». La prensa local conservadora argumentaba la falta de mayor afluencia de público en el primero dada la coincidencia de horario con el segundo. A fin de participar en esta última reunión de carácter higienista, convertida en la excusa perfecta para dilatar la conmemoración balmisiana algunos días, los médicos Cortezo, Francos Rodríguez y Juarros, junto a varios periodistas, todos ellos procedentes de Madrid, se desplazaron a Alicante a primera hora de la mañana de ese domingo. En la estación de tren les esperaban el diputado conservador Alfonso de Rojas y el alcalde accidental Tomás Tato, los médicos y practicantes de la Beneficencia provincial y municipal, una nutrida representación del Colegio de Médicos y varias comisiones de los pueblos de la provincia. Formada la comitiva y asistida por la banda municipal y la guardia urbana, salió del ayuntamiento con destino a la plaza que, desde aquel momento, recibiría el nombre de Balmis, donde se colocó una placa cincelada por el escultor Vicente Bañuls con su nueva denominación.

A las doce, en el Salón de Actos del Ayuntamiento, el doctor Juarros dio una conferencia sobre «Anatomía y Psicología del Deporte», organizada por la Agrupación de periodistas deportivos. Después de un vermú, se ofreció un banquete en el Casino. Tras terminar el ágape, a las cuatro de la tarde, tuvo lugar el anhelado mitin sanitario en el Teatro Principal, engalanado para la ocasión con guirnaldas frescas. El doctor Gadea Pró, inspector provincial de Sanidad, fue el encargado de presentar a los doctores Francos, Juarros y Cortezo no sin antes recordar la trascendencia de dedicar un mitin a la defensa de la higiene en la ciudad. El primero de los intervinientes, Francos, recordó a Balmis, exaltando su labor humanitaria, además de resaltar la importancia de la salud pública para la sociedad. Juarros, médico militar, trató los problemas de la mortalidad en España, especialmente la infantil, la pobreza y su relación con el movimiento obrero. Por su parte, Cortezo también conmemoró la figura del cirujano alicantino, señalando que las cifras de mortalidad eran inferiores en Alicante que la media nacional. Clausuró el acto el gobernador civil, Francisco De Federico, quien trató, brevemente, el problema de la higiene en clave social y, por último, el poeta Sansano leyó la famosa oda de Quintana de la que hablamos hace un par de semanas. «Se continuará?»

Cambio de itinerario por gripe inoportuna

Cambio de itinerario por gripe inoportunaAquella mañana del 16 de febrero de 1919, la comitiva que salió del ayuntamiento hacia la plaza que desde aquel día llevaría el nombre de Balmis, cambió de itinerario. La ruta estaba prevista por la calle del Triunfo a la de San Fernando, siguiendo por las vías de Isabel II, Francos Rodríguez y Canalejas. Sin embargo, tuvo que desviarse, pues el alcalde de la ciudad, el liberal Antonio Bono Luque, se hallaba enfermo aquejado de la gripe española, por lo que, para evitarle molestias y ruidos innecesarios, la comparsa no pasó por la calle Francos Rodríguez donde éste tenía su domicilio (se trataba del tramo comprendido entre la plaza Gabriel Miró y la Avenida Gadea).