El agobiante calor y la mala lidia determinaron el último festejo taurino de la temporada en la Plaza de Toros de Alicante, donde, con reses de la ganadería de Montealto, de desigual presentación y juego, se anunciaron en festejo mixto cinco toreros alicantinos y uno valenciano.

Abrió plaza el rejoneador José Rocamora, que hacía su presentación ante un novillo con hechura de toro que tuvo movilidad y al que, de salida, le colocó tres rejones de castigo, con lo cual el animal se vino a menos. Rocamora aprovechó la buena cualidad del astado dejando algunos momentos interesantes al clavar banderillas. El rejón de muerte entró al segundo intento y dio una vuelta al ruedo pese a escuchar un aviso.

El novillero de Villafranqueza Alfredo Bernabéu se fue a esperar a la puerta de chiqueros a su oponente dándole una serie de verónicas de buena ejecución. Llevó al toro al caballo andando por chicuelinas. Brindó a Nacho Lloret, gerente de la plaza. El novillo tenía movilidad y comenzó la faena con unos pases por bajo para continuar sobre ambas manos en una faena en la que sacó algunos muletazos relajados y con mucho mérito al parársele el novillo. Mató de un pinchazo hondo que fue suficiente para enviarlo al desolladero y dar una vuelta al ruedo tras la petición del tendido, que registró un tercio de entrada. Jorge Rico, que entró en sustitución de Borja Collado, demostró que sabe manejar el capote con elegancia y gracia. Comenzó la faena por alto a pies juntos.

Toreó sobre ambas manos, con muletazos largos y templados, hasta que se paró el de Montealto y la faena fue a menos. Mató de una estocada entera y cortó una oreja. Adrián Velasco consiguió algunos momentos interesantes con la muleta, se adornó con molinetes de rodillas y manoletinas. Falló con los aceros, pero dio una vuelta al ruedo. Otra oreja se llevó Borja Ximelis, que toreó bien de capa. Banderilleó colocando los tres pares en lo alto. La falta de fuerzas del novillo hizo que la faena bajara de intensidad a pesar de los buenos deseos de Ximelis. Mató de una estocada entera y un descabello.

Cerró plaza el valenciano Miguel Polope, que venía precedido de su exitosa presentación en la pasada feria de julio de València. Dio unas ceñidas verónicas de recibo, brindó su faena a El Soro, presente en la plaza. Con la franela, el animal buscaba las tablas acusando una buena dosis de mansedumbre, aun así sacó algunos muletazos sobre la derecha de buen trazo. La falta de fijeza y el constante huir hizo que Polope tuviera dificultades a la hora de matar. Le sonaron dos avisos y fue silenciado.