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Carolina Rodríguez: «El Low Festival es un encuentro social con música de fondo»

Directora del Low Festival. Hace once años tuvo una idea: crear un festival de música indie en la provincia de Alicante con protagonismo de grupos españoles

Carolina Rodríguez, en un rincón de su casa rodeada de discos. Janet Rodríguez

El Low Festival es una maquinaria de 500 personas perfectamente engrasada para dar el viernes el pistoletazo de salida al mayor acontecimiento musical de la provincia, con los legendarios New Order como cabeza de cartel del sábado; el grupo más importante del pop español de la última década, Vetusta Morla el domingo, y una larga lista de artistas nacionales e internacionales que incuye a Foals, Bastille, Cut Copy, Viva Suecia, Rinocerose, The Vaccines, Fangoria, Second, Dorian, Miss Cafeeina, La Casa Azul, Ladytron... hasta superar las seis decenas. Al frente del Low están dos personas, Carolina Rodríguez y José Manuel Piñero, padres de una idea que, once años después de su primera y única edición en el puerto de Alicante, han convertido el festival de Benidorm en el mayor evento musical de la provincia y en una de las citas imprescindibles del calendario festivalero del país. A punto de cumplir esta semana los 44 años, Carolina Rodríguez habla de esta década de conciertos.

P La semana pasada el director del FIB dijo que posiblemente la de 2019 no iba a ser su mejor edición, si tuvieras que valorar el Low 2019 ¿que puntuación le darías?

R Bastante alta, un diez sería ir de sobrada pero le pongo un notable alto, mejor un sobresaliente, porque tenemos bandas míticas, bandas nuevas, mucha escena femenina y la respuesta del público está siendo buenísima, así que un sobresaliente.

P ¿Te hubiera gustado tener a Rosalía en el Low?

R Sí, obviamente sí. Rosalía es nuestra espinita, tenemos nombres muy importantes pero Rosalía es la artista que ahora mismo quieren tener todos los festivales. Está en su momento de gloria.

P ¿Es una cuestión de caché o de agenda?

R Es de agenda. Cada artista tiene su caché y genera su impacto pero Rosalía tiene una agenda superpotente este año y como cualquier artista tiene que ser selectiva. Posiblemente otros festivales han sido más rápidos en esas decisiones y nosotros no hemos podido ser este año pero tenemos claro que es una artista que pasará por el Low.

P ¿Con estos artistas os ponéis un límite de gasto o se acepta lo que pidan con tal de tenerlos?

R Hay un límite. Somos un festival grande de cara al público pero no tenemos las cifras que puedan tener un FIB, un Primavera Sound o un BBK. Aunque n0s pongan en ese listón, nosotros somos un festival de mediana escala con una asistencia de 25.000 personas por día pero, dentro de nuestro rango, si queremos tener un artista hacemos una inversión importante pero no es un «quiero este artista cueste lo que cueste» porque también damos mucha importancia a las segundas o terceras filas, a todos los escenarios.

P ¿ Quién decide quién actúa, tú o un equipo, o todo depende de quien esté disponible en verano?

R Es un conjunto de todo. José Manuel Piñero (codirector del Low) y yo dirigimos la declaración de intenciones del festival y marcamos unas tendencias, pero también tenemos un equipo de gente porque, quieras o no, ya somos mayores (risas) y hay un montón de nueva escena, de surgimiento de nuevas bandas que no estamos tan al día, y para eso tenemos a gente muy puesta en los nuevos sonidos, el trap, la nueva electrónica, las bandas emergentes de pop, de garage, muy consolidadas en una franja de edad.

P ¿ Cual ha sido el artista más caro en los 11 años de Low?

R Lo tendría que preguntar, pero está entre Portishead, Massive Attack y Chemical Brothers. A veces no es tanto el artista como la producción que lleva.

P ¿A quién te has quedado con ganas de fichar?

R Uff... nos hubiera gustado unos Arcade Fire o Artic Monkeys. A veces por agenda y a veces porque se nos quedan grandes a nivel de producción.

P ¿Y a quién no volverías a traer ni gratis?

R (Risas) ufff, me sabría mal decirlo (más risas). Ninguno, nunca hemos tenidos grandes contratiempos. Hemos tenido nuestros mas y nuestros menos, pero no ha habido ningún fake.

P ¿Los tres mejores conciertos de esta década?

R Chemical Brothers el año pasado fue una maravilla a todos los niveles. Pixies, que ya es algo personal, y Massive Attack pese al conflicto por contaminación acústica que logramos solucionar.

P ¿Aquello os hizo entrar en pánico?

R Sí porque te encuentras con un cabeza de cartel a punto de suspender por contaminación acústica (llegaba sonido de otro escenario). No es gusto de nadie. Son cosas que te encuentras una vez, que no aparece en el contrato detallado, y antes de salir la banda lo comunica... pero hubo solución y al final dieron un concierto mítico.

P Hay bandas que ha tocado muchas veces en el Low...

R Vetusta, Izal, Love of Lesbian, Lori Meyers... de los nacionales todos, a veces un año si y otro no, hasta cinco veces algunos. Son nuestra espina dorsal, el Low siempre ha sido un festival entregado al indie nacional. El porcentaje nacional es elevado pero tocamos todos los palos, por ejemplo bandas de punk rock, los Oblivians, los Dwarves, The Legendary Tigerman y este año tenemos a White Fang, a Mattiel... La idea es hacer de prescriptores, son bandas que la gente igual no conoce a la primera pero luego se llenan hasta la bandera y son las bandas de las que la gente habla porque no es lo que se espera.

P ¿Se está produciendo una renovación generacional en los carteles?

R Bueno, hay bandas que se han posicionado muy rápido, pasa con la electrónica, el trap y el pop. Pasan de cero a cien muy rápido. Nos pasó con Carolina Durante. Va todo super rápido y hay que estar muy avispado.

P ¿Estáis dispuestos a ceder más espacios al trap o regueton?

R Tenemos bandas que mezclan sonidos de mestizaje, más que reguetón, que como tal no tocamos, pero sí la rumba y la cumbia con electrónica, el trap mas electrónico y mas al uso. Tiene que haber relevo generacional y cada vez hay más demanda y más general, ya no hablamos solo de jóvenes que lo agradecen, sino de un público fiel al festival al que que cada vez le gusta más este tipo de bandas.

P ¿Cuánto hay de interés del público por la música y cuanto de ganas de divertirse?

R Realmente es un fifty/fytty. La genta va por la música pero también a pasarlo bien y a divertise. La gente va en grupos amplios, grupos de 10, 12 o 20 personas, y suelen pertenecer a un estilo. Es mezcla de evento social y de vacaciones musicales. La música es importante y si hiciéramos un cambio de registro musical radical lo notaríamos en el público. Como somos fieles a nuestro estilo, en el buen sentido, la gente envejece con nosotros y vienen las nuevas generaciones. Y sí, es un encuentro social con la música de fondo porque somos fieles a un estilo.

P Produciones Baltimore es la empresa matriz y su crecimiento es sorprendente: también tiene festivales como Spring en Alicante, Warm Up en Murcia o Get Mad en Madrid. ¿Nos sorprenderéis con nuevas expansiones?

R Siempre decimos «hasta aquí hemos llegado» pero ultimamente estamos muy valientes (risas). Hemos incrementado la plantilla fija. Tenemos la suerte de haber fijado un equipo que ya es familia y que es el mismo para todos los festivales por lo que al final la producción va rodada. ¿Aventurarnos a otro nuevo? Bueno, así estamos bien pero quién sabe, quizá, porqué no.

P ¿Cuánta gente trabaja en el Low?

R Trabajando en acción, entre barras, producción, taquillas, accesos.., esos días unas 500 personas.

P El espacio de la Ciudad Deportiva Guillermo Amor limita el crecimiento del Low, porque el aforo máximo es de 25.000 personas. ¿Os habéis planteado elevar ese techo?

R Nos han propuesto en alguna ocasión ampliar el espacio. De momento no es nuestro principal objetivo aunque no lo descartamos. El recinto, con unas determinadas obras, puede dar más de sí, todo depende de las medidas de evacuación y demás, y ahí vamos a rajatabla. No es una espinita pero es un proyecto y quizá en el futuro nos planteemos crecer un poquito mas, aunque con estas cifras estamos muy agusto y el público también.

P ¿ Cual será el concierto de este año, Vetusta Morla o New Order, sin desmerecer a Foals, Bastille y el resto del escalafón?

R Uff son dos registros muy diferentes, el show de Vetusta es una barbaridad, pero New Order por el espectáculo que traen y por el grado de nostalgia en esta zona de Alicante y València es un poco la joya. La ruta siempre ha sido la ruta, sus temas están en nuestro ADN y, sin desmerecer a los demás, el esperado es New Order. Sus temas nunca pasan de moda y sus últimos discos han encajado muy bien en las nuevas generaciones.

P ¿Percibes cierto agotamiento en el modelo de festivales?

R Depende, existe una ligera necesidad de que los festivales de grandísimo formato modifiquen un poco sus formas porque sí que se nota una pequeña decadencia en los que están en la cumbre, no todos. Primavera Sound ha sido espectacular porque han tenido muy buen ojo con el cambio de registro, con ese relevo generacional. Quizá en otros se ha lamentado un poco el seguir con una onda que a la gente como que le está empezando a agotar sumergirse en una masa tan enorme, el perder el contacto, por eso está surgiendo el fenómeno del festival boutique: bandas míticas pero no públicos enormes y buenas instalaciones. El Low Festival está cómodo en ese término medio. Hay que sumarse a las tendencias y asumir mejoras. Pero en general la escena de festivales va bien.

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