Quizá no mucha gente sepa que la historia de Danone comenzó en una farmacia. Fue allí, en 1919, donde Isaac Carasso, un hombre de origen griego afincado en Barcelona, comenzó a vender yogur, un producto elaborado a partir de leche fermentada y poco conocido en Occidente que servía para cuidar la salud.

Un siglo después, la compañía es un referente en el sector de la alimentación comprometida con la salud de las personas y, también, la salud del planeta. El lema actual de la compañía “One Planet, One Health” (Un Planeta, Una Salud) define perfectamente su posicionamiento, en el que la sostenibilidad se ha integrado en todas sus áreas de actividad.

Como subraya Borja Lafuente Sanz, Responsable de Sostenibilidad en Danone Iberia, “la preocupación de Danone por la salud está más vigente que nunca, pero las empresas no podemos ofrecer productos saludables si no provienen de un entorno saludable”.

Con este horizonte, la compañía desarrolla diversas acciones como “Proyecto Lanjarón”, un ambicioso plan de sostenibilidad centrado en el compromiso con el medio ambiente de la marca de agua mineral natural.

Sobre este proyecto versará la ponencia de Borja Lafuente en el I Simposio Bajamar 2050, que organiza este periódico, y que se celebrará en el Club INFORMACIÓN el próximo 16 de julio en una jornada que comenzará a las 09:30 y finalizará a las 14:00 horas.

El objetivo de este encuentro, que cuenta con el patrocinio de Coca-Cola y Oceanogràfic de Valencia, y con la colaboración de la Unión Europea, PlasticEurope, P&G, Fundación Ecomar, Reciclajes Elda, Corona & Parley, Fundación Ecoalf, Segundos para el Planeta y Cicloplast, entre otros, es el acercamiento a la problemática de la acumulación de la basura marina y la contaminación de los océanos desde un punto de vista empresarial e institucional, así como poner de manifiesto los nuevos modelos de negocio basados en la economía circular.

- El compromiso con la salud forma parte del ADN de Danone. ¿Cómo ha evolucionado este compromiso a lo largo de 100 años de historia?

El horizonte de la salud y el compromiso con las personas está presente desde el mismo nacimiento de Danone, pero en 1972 el entonces presidente, Antoine Riboud, pronunció un discurso que sentaría las bases del futuro de Danone, al advertir que "solo hay un crecimiento económico si va de la mano del crecimiento social”. Hablar hace 40 años de compromisos de sostenibilidad y con la sociedad, de RSC era algo que no se llevaba.

A esto se sumó que, en 1996, el hijo de Antoine, Franck Riboud, tomó la decisión de prescindir del 50% del portfolio de la compañía (quesos, salsas, comidas precocinadas…) y centrarse únicamente en productos frescos (lácteos y vegetales), aguas minerales y alimentación médica e infantil, pues estos eran los que, de verdad, aportaban salud a través de la alimentación al mayor número de personas.

Actualmente nuestro desarrollo empresarial se basa en la fórmula “One Planet, One Health” y bajo esta premisa creemos que otra manera de hacer negocios es posible. No entendemos desarrollar nuestro negocio sin el respeto a nuestro planeta y, por eso, formamos parte del movimiento B Corp, que certifica las buenas prácticas y altos estándares de responsabilidad social y ambiental de las compañías.

- ¿Qué papel juega la sostenibilidad en Aguas Danone?

El papel de la sostenibilidad en Aguas Danone es clave. Es la principal premisa junto a la seguridad y calidad alimentaria. Al igual que no ofrecemos al mercado ningún producto que ponga en riesgo la salud de las personas, nos esforzamos por llevar el agua hasta la boca del consumidor de la forma más sostenible posible. El posicionamiento de Lanjarón es claro: queremos ser el agua mineral natural más sostenible.

- Su ponencia en el I Simposio Bajamar 2050 versará sobre el “Proyecto Lanjarón”, ¿en qué consiste esta iniciativa y cómo beneficia a nuestros océanos y litoral?

Lanjarón es una marca con la que ya llevamos mucho tiempo trabajando el posicionamiento en base a la sostenibilidad, pero una sostenibilidad entendida también como la minimización del impacto de nuestra actividad. Para ello, trabajamos desde el punto de vista del envase.

Ya ofrecemos, por ejemplo, la botella Red, hecha con plástico 100% reciclado y reciclable, y cuyos beneficios por venta van destinados a proyectos de preservación y conservación de los océanos y la lucha contra el abandono de residuos. Poco a poco el resto de envases van incorporando mayor proporción de plástico reciclado y también colaboramos desde hace tiempo con el proyecto “Upcycling the Oceans”, de Fundación Ecoalf y Ecoembes.

- Hablamos de economía circular, ¿cómo se está fraguando esta transición desde la economía lineal y la cultura del “usar y tirar”?

Esta transición es uno de nuestros retos más ambiciosos y, aunque aún estamos en pañales, vamos viendo avances. Tenemos que ser capaces de crear nuestros envases de la manera más sostenible y con el menor impacto para el planeta.

La economía circular no es solo coger un residuo y convertirlo en un recurso, la economía circular va de ecodiseño, de utilizar menos materias primas vírgenes, de utilizar la energía renovable de la mejor forma posible, de cómo darle una segunda vida a todo lo que interviene en nuestra cadena de valor y, sobre todo, va de construirlo con las personas. Esto es algo que va más allá de las empresas y exige el compromiso real de todos los miembros de la cadena de valor.

- ¿Es difícil comunicar que Danone quiere ser parte de la solución y no del problema?

Dentro de nuestro activismo empresarial está el ser capaces de contar las cosas que hacemos, de sensibilizar, de tener un efecto tractor e inspirar a otras empresas y también a nuestros proveedores, clientes… Por eso este tipo de simposios son tan importantes.

Queremos que la persona que beba agua mineral embotellada no se sienta mal por tomarla de este envase, porque es totalmente circular y además estamos contribuyendo a mitigar los impactos que tiene en el planeta. A día de hoy los residuos son un mundo de oportunidades y tienen un valor.