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La corrida de hoy

Razones para no ir al fútbol

El Juli, Morante de la Puebla y Paco Ureña componen una interesante terna de variados matices

El torero Morante de la Puebla en la feria del pasado año RAFA ARJONES

Hasta que se anunció el partido en el que el Hércules se juega el ascenso a la división de plata de la liga de fútbol española, el cartel de hoy había despertado mucho interés entre los aficionados. Junto al de ayer, el fin de semana se planteaba como una escapada con especial encanto, sin duda. Pero los colores blanquiazules tiran mucho entre los alicantinos, y a buen seguro que las taquillas sufrirán sensiblemente la coincidencia de horarios.

La terna la encabeza Morante de la Puebla. Poco y mucho que decir siempre de su toreo y personalidad fuera de lo común. Hoy por hoy encarna el papel de torero «de arte» con tanta calidad como irregularidad. Lo que en los ochenta y noventa venían a ser Curro Romero y Rafael de Paula, salvando las distancias. Otra cuestión es si los públicos de hogaño son capaces de mantener la paciencia ante un artista de tal calibre y discontinuidad que precisamente asombró a propios y extraños por su regularidad no hace tanto tiempo. La imagen física que ofrece hoy, desde luego, dista mucho de la de hace unos años. En cuanto a su interpretación, ese gusto por lo añejo sí ha enriquecido su repertorio, y lo mismo se vislumbra el gallismo en el toreo por alto que el belmontismo del muletazo barroco, o incluso el toreo andándole al astado de los grandes diestros de los años 70.

Frente a la irregularidad del de la Puebla, la rotunda madurez del Juli. Pocos toreros han mostrado una evolución en sus formas y conceptos como el que fuera niño prodigio a finales del siglo pasado. Julián López es un compendio de sabiduría y difícil facilidad ante la cara del toro, tan pronto poderoso como improvisado, dominador como enfermero. Veinte años de regularidad son muchos años, y no puede ser por casualidad. Se enfrenta esta tarde, además, a toros de su hierro preferido, Domingo Hernández-Garcigrande, sin duda una ganadería que cosecha éxitos constantemente y en las ferias más importantes.

El cartel lo remata Paco Ureña, pregonero el pasado miércoles y triunfador del reciente San Isidro. La puerta grande que atravesó el 15 de junio supuso una recompensa en justicia al duro tributo que ha venido pagando estos últimos años, con especial rigor cuando en septiembre una cornada sufrida en Albacete le supuso la pérdida del ojo izquierdo. Ojalá pueda, junto con sus compañeros, brillar a la altura de siempre.

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