Passions, Imprisonments and Death of a Poet. Con ese título, el hispanista norteamericano Grant D. Moss ha llevado a Estados Unidos la biografía de Miguel Hernández firmada por el escritor alicantino José Luis Ferris. Un salto hasta el nuevo continente que el profesor de la Pittsburgh State University ha llevado en la maleta después de trece meses de trabajo en los que ha traducido al inglés la que está considerada la biografía más completa del poeta oriolano.

La editorial Edwin Mellen Press en Lewiston (Nueva York) ha editado esta traducción, que cuenta con el prólogo del hispanista Steve Summerhill, lo que supone «la divulgación de la vida y la obra de un poeta como Miguel Hernández, tan necesario como poco reconocida todavía en países cultos», destaca Ferris.

Todo empezó en 1998, cuando Grant D. Moss, profesor de castellano y estudios españoles, visitó por primera vez Alicante y se encontró con el mural que estaba donde ahora se erigen los juzgados. «Llegó un señor mayor y me preguntó si sabía quién era Miguel Hernández... pero yo no lo sabía. Comenzó a explicarme su historia y me impresionó, así que cuando volví a Estados Unidos empecé a hacer estudios sobre la poesía política».

Después volvió en 2010 al Instituto Juan Gil-Albert con un grupo de estudiantes de español y fue entonces cuando conoció la biografía realizada por Ferris. «Me pareció una narrativa accesible y un año después le propuse traducirlo al inglés». El caso es que ese empeño dio resultado y en 2016 consiguió una beca de un año, tiempo en el que sacó adelante su traducción de la nueva versión del alicantino. Un trabajo del que dio cuenta en el Congreso Internacional sobre Miguel Hernández celebrado en 2017 en Alicante. «Entonces expliqué las razones por las que habría que introducir la figura de Miguel Hernández en Estados Unidos, para que no se quedara solo en países de habla hispana. Primero había que llevar su figura a través de la biografía y después hacer que su obra entre en el mundo académico», ya que, afirma, «hay pocas traducciones de sus obras, cosas sueltas pero ninguna antología»

Moss vive en un pueblo de 20.000 habitantes, «casi todos agricultores». «Su vida es muy parecida a la de muchos habitantes de ese pueblo», destaca el profesor. Antes de acometer este trabajo, «conocía a Miguel Hernández con muchos tópicos sobre su figura, que era rojo y que había sido pastor, pero a través del texto de la biografía me di cuenta de que era algo mucho más profundo lo que le pasaba en la vida».

Transmitir la narrativa

El trabajo no ha sido fácil, porque «hay que admitir» que la narrativa de José Luis para traducir es «bastante compleja». «Los estadounidenses no usamos tantas subordinadas y en algunos casos he tenido que convertir una frase en tres, pero fue difícil sobre todo porque quería transmitir su narrativa. Por eso José Luis me ayudó con algunos matices».

La mayor dificultad la encontró en la traducción de las poesías que aparecen en el libro. «Es muy complicado, por eso las saco en castellano y en inglés, para que se pueda comparar»

No obstante, Grant D. Moss considera que es un libro «riguroso, pero no erudito». «Cuando uno ve el texto se da cuenta de que es largo, pero es muy accesible y permite meterse en la vida de Miguel Hernández».

En este sentido, Ferris apunta que «es un libro que va creciendo». Afirma que cuando salió en 2002 recibía correos de los lectores «y había mucha gente del mundo académico que me daba las gracias por la visión rigurosa y contrastada del poeto, pero la que más me emocionaban eran las de gente humilde». Y recuerda el caso de un agricultor que fue el segundo libro que leyó en su vida, «el primero fue el código de circulación».

«Yo espero que ocurra lo mismo en Estados Unidos», dice Moss. «En 12 años hizo más que muchos eruditos en toda su vida; una vida corta en la que hizo tanto... me impresionó cuando caí en la cuenta de que ya estaba muerto a la edad que yo tenía cuando me puse a traducir el libro».

El volumen, en esta edición de The Edwin Melles, muestra en la portada una fotografía del Castillo de Santa Bárbara, elección del traductor, porque «allí le pedí la mano a mi mujer hace años y porque creo que Alicante representa a Miguel Hernández y Miguel Hernández representa a Alicante», puntualiza.