El diseño de los drones del futuro que volarán como si fueran pájaros; el uso de la teledetección desde el espacio con el fin de conocer mejor los cambios a escala planetaria que produce el cambio climático; los descubrimientos de los mecanismos moleculares del envejecimiento de las células madres para avanzar en medicina regenerativa; la investigación básica en matemática pura; los nuevos enfoques en economía; y el empuje de una empresaria emprendedora en energías renovables y el autoconsumo. Estos son los seis temas de impacto que pone en valor la 31 edición de los prestigiosos premios Jaume I.

Los conqueridors de estos galardones a la ciencia y el emprendimiento, que recibirán un premio de 100.000 euros cada uno, son dos mujeres y cuatro hombres, dos de ellos valencianos. Se trata del matemático catalán Xavier Tolsa (Investigación Básica), profesor de la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB); el economista valenciano José García Montalvo (Economía), profesor de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE); la catedrática de Biología Molecular de la UPF, la catalana Pura Muñoz-Cánovas (Investigación Médica); y la joven empresaria barcelonesa cofundadora de la eléctrica Holaluz, Carlota Pi Amorós (Emprendimiento).

Dos referentes mundiales

A ellos hay que sumar dos referentes mundiales. Por un lado el catedrático de Física de la Tierra de la Universitat de València (UV), José Antonio Sobrino (Medio Ambiente), «líder en el campo de la protección ambiental utilizando la teledetección», subraya el jurado. Y por otro, el catedrático de Robótica de la Universidad de Sevilla, Aníbal Ollero, una autoridad en robótica aérea por alumbrar una nueva generación de drones bioinspirados al imitar el vuelo de las aves y alcanzar así, según el veredicto «capacidades sin precedentes en la duración del vuelo y en la seguridad en la interacción con las personas» al carecer de hélices.

Boluda: «Ortega es un ejemplo»

Tras la deliberación del jurado en el antiguo convento de Santo Domingo, los nombres de los premiados se proclamaron en el Palau de la Generalitat, donde el president Ximo Puig defendió que los responsables públicos deben ser «los primeros promotores de la lucha contra el cambio climático». Allí, el vicepresidente de la Fundación Premios Rei Jaime I (FPRJI), el naviero Vicente Boluda, hizo un alegato en defensa de la filantropía. Sin citar a Podemos, cargó contra quienes «rechazan» la donación de equipamientos valorados en cientos de millones por parte de Amancio Ortega, sobre quien dijo que es «un ejemplo a seguir».

El jurado lanza un SOS unánime en defensa de la supervivencia de los océanos

Urge «a tomar de forma inmediata medidas eficaces para paliar el deterioro de la salud» de los mares

El jurado de los Jaume I, compuesto por 77 destacados representantes del mundo de la ciencia, la política y la empresa, entre ellos 19 Nobel, urge por unanimidad «a todos los agentes públicos y privados a adoptar de forma inmediata medidas eficaces para contrarrestar el deterioro de la salud de los océanos y preservar el patrimonio natural heredado para el disfrute de las generaciones venideras».

Esta es la clave de la declaración del jurado que bajo el título La preocupante salud de los océanos pone el foco sobre «la seria amenaza» que supone para el futuro de la sostenibilidad del planeta «la polución marina».

El manifiesto, leído por el presidente ejecutivo de la Fundación Premios Rei Jaume I (FPRJI), el catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València (UV) Javier Quesada, alerta de que «la polución marina procedente de los grandes vertidos de las ciudades y de las industrias, los pesticidas, la sobrepesca, el riesgo del transporte marino, el uso creciente de plásticos, la presencia de (nano) residuos peligrosos, se han convertido en amenazas inmediatas para la salud de los océanos, pasando además estos contaminantes a la cadena trófica de la alimentación humana».

A este problema, prosigue, «se une el impacto del calentamiento global, la elevación de la temperatura media de las aguas, la polución del aire, la intensidad del impacto de los fenómenos meteorológicos sobre las costas, entre otros, que constituyen unan serie amenaza para la fauna y flora de los océanos».