P ¿Por qué somos capaces de orientarnos, señor Moser?

R Nuestro sistema de orientación forma parte del cerebro, concretamente de la corteza entorrinal dentro del hipocampo. En los años 70 se descubrieron unas células que responden a nuestra ubicación en el espacio. Son las células de localización.

P Y entre ellas destacan las células grid, ¿no?

R En 2005 se descubrieron estas células que son una especie de coordenadas que nos ayudan a cartografiar las distancias, los ángulos, la precisión y el espacio. Hoy sabemos que nos orientamos gracias a muchas células especializadas que se encargan de distintas partes de esa navegación espacial. Queremos saber ahora cómo encajan todas ellas.

P Así que tenemos un GPS en nuestra cabeza...

R Sí, en gran medida se puede comparar con un sistema GPS. Tenemos un sistema que aúna movimientos y calcula dónde estamos. Pero nuestro sistema es mejor porque utiliza mucha más información.

P Con tantas neuronas en nuestro cerebro, ¿tiene cada célula una misión concreta y diferente de las demás?

R En esta parte del cerebro concreto hay células muy especializadas en su función como las grid que son un sistema de coordenadas, otras se encargan de la velocidad, otras a la dirección, pero el cerebro realiza cálculos complejos para detectar dónde estamos y esto es el resultado de una interacción entre miles de células que colaboran entre sí.

P ¿Trabajan unas la razón y otras, los sentimientos?

R No. Tenemos células especializadas para saber, por ejemplo, en qué dirección estamos caminando o cuál es nuestra posición pero luego hay funciones más complejas del cerebro para conocer el estado de ánimo o cómo nos encontramos que involucran no solo a muchos tipos de células sino también a distintas zonas del cerebro.

P ¿Por qué no avanzan las investigaciones para prevenir y curar el alzhéimer?

R Hay muchos motivos, el primero tiene que ver con la complejidad de la enfermedad. Podríamos haber hecho más pero hay esperanza porque ahora sabemos que esta enfermedad tiene que ver con ciertas partes del cerebro y sobre todo con esa zona que contiene el sistema de orientación. Si nos centramos en estas células en las que empieza la enfermedad aumentaremos la probabilidad de encontrar las causas del alzhéimer y su cura. Vamos a avanzar mucho en esta década.

P ¿Cuáles son los primeros síntomas de esta enfermedad?

R Los primeros síntomas tienen que ver con la zona del cerebro que nos orienta. Así que uno de los principales síntomas del alzhéimer es que no sabes dónde estás, te pierdes.

P ¿Precede entonces la desorientación a la pérdida de memoria?

R Sí pero casi al mismo tiempo se olvidan los recuerdos sobre tu vida y empiezas a contar la misma historia, te repites y no recuerdas detalles ni lo que has hecho el mismo día.

P ¿Está la educación bien orientada para estimular convenientemente el cerebro?

R Nos estamos centrando mucho en este asunto y vamos por el buen camino. Lo importante en este tipo de enfermedades es que no sabemos aún las causas que las provocan pero sí que la alimentación importa mucho y el ejercicio, también, así que hasta que no tengamos cura es vital alimentarse de forma saludable y moverse para cuidar nuestras neuronas.

P ¿Tiene el cerebro una fecha de caducidad hasta el punto de hacer poco aconsejable aumentar la vida de las personas porque acabarían afectadas de alzhéimer?

R No creo que todo el mundo vaya a desarrollar alzhéimer. Vemos a gente centenaria que suele tener una vida bastante saludable hasta el final. El alzhéimer comienza a desarrollarse entre los 65 y los 85 años. Pero a partir de ahí parece que se aplana la prevalencia de esta enfermedad. No es una consecuencia obligatoria del proceso de envejecimiento.

P ¿Cuál es el máximo de vida del cerebro humano en buenas condiciones?

R Depende. El cerebro es como el resto del cuerpo, hay que cuidarlo.

P ¿Merece la pena la vida con las facultadas mentales seriamente deterioradas?

R Es importante centrarnos no solo en cuánto podemos vivir sino en cuánto podemos vivir una vida sana. Aspiramos a una esperanza de vida saludable y con los avances de la medicina moderna y nuestra mayor conciencia sobre la alimentación y el ejercicio nos acercamos a esa vida saludable. Tenemos que esforzarnos por disfrutar de los últimos años de nuestra existencia.