P Junto a Jorge Picó creó Non solum en 2005. Desde entonces ha viajado a numerosas ciudades francesas, incluida París, Cataluña, Baleares, Bélgica, Suiza, Latinoamérica... ¿Pensó que iba a tener tanto recorrido?

R No, que va. Empezamos por el placer de hacer una obra a medida donde pasármelo bien con el público. Escribir algo transgresor, un poco libre, un poco marciano también. Pensábamos que sería un espectáculo un poco para minorías pero nos salió muy popular. Es mucho más difícil de explicar que de ver.

P Consiguieron un Premio Max en 2009, al mejor texto escrito en catalán, y usted recibió el Fotogramas de Plata al mejor actor, entre otros reconocimientos. Ese es el resultado, pero vayamos al principio. ¿Cómo surgió este texto?

R Yo tenía ganas de hacer teatro pero era complicado comprometerme con otra compañía por mi trabajo en el cine. Y enseguida encontramos una idea que a Jorge le gustó mucho: hacer personajes distintos pero que todos hablan igual, se mueven igual, caminan igual. Esta idea base ya empieza a ser trascendente porque no sabes si es el mismo personaje que se ha desdoblado; tenía un punto existencial que nos gustó mucho.

P Improvisación y complicidad del público son dos claves de este montaje. Teatro en estado puro, vamos.

R Queríamos recuperar la idea de teatro puro, aunque decir eso quizá es mucho, pero sí la idea ancestral del diálogo entre los de arriba y los de abajo. Pero es una comedia para descojonarse, no hay que olvidarlo, y al público lo tienes muy presente, lo oyes respirar y reír, comunica muy bien.

P Ese contacto con el público es lo que separa al cine del teatro. ¿Cómo vive esa diferencia?

R Lo vivo estupendamente, como un privilegio. Yo tengo la vocación muy fuerte, actuar me gusta mucho y poder compaginar estos dos mundos tan parecidos y tan distintos es un privilegio. En teatro el público marca el ritmo, te hace sentir que la obra avanza, en cambio en el cine el silencio siempre te acompaña, aunque hagas una comedia nadie se ríe. Pero es también un juego interesante. Yo disfruto las dos.

P Dice que es una comedia existencial. ¿Hace falta preguntarse quiénes somos y a dónde vamos?

R Pienso que en el fondo nos continuamos haciendo las mismas preguntas, pero igual las respondemos mal porque tenemos más prisas, más preocupaciones. Siempre nos preguntaremos qué sentido tiene eso de estar aquí, compartir amistad, compartir vida... qué sentido tiene esto de estar vivo, este viaje. Y no hay respuesta.

P Y Sergi López ¿a dónde va y a dónde le gustaría ir?

R Pues yo voy... no sé donde voy. Pero estoy muy contento de cómo me tratan el viento y los mares. Soy una persona muy afortunada, tengo un lazo con mi trabajo muy emocional, no trabajo solo para ganar dinero y vivir de ello sino que es algo que me conmueve que me emociona y me da muchas cosas. Es un privilegio enorme y además tengo la suerte de poder elegir, tengo más propuestas de las que puedo hacer. Y eso es un tesoro. Y más en este mundo del teatro y del cine porque hay mucha gente que no puede.

P Hace años enfocó su carrera más en Francia que en España. ¿Se respeta más la cultura allí que aquí?

R Pues fue un poco casualidad. Conocí a Jorge en la escuela de teatro de Jacques Lecoq; si esa escuela hubiera estado en otro sitio pues habría ido a otro sitio. Es verdad que luego las cosas han surgido así. Esa escuela me abrió muchas puertas mentales. Me hizo ver que es posible hacer teatro y que había que seguir adelante. Es verdad que Francia tiene, por suerte para ellos, un concepto de lo que es la cultura en general, un poco más protector que nosotros. Aquí estamos a la intemperie en el hecho cultural.

P ¿Ha cambiado el panorama teatral y cultural en este país?

R Pues no. Hay un cierto complejo que no tiene razón de ser, pero sí veo que hay mucho mucho mucho talento. Luego a nivel de administración y conciencia social tenemos menos, es un trabajo más largo, no tengo la impresión de que avancemos mucho. No invertir en cultura es dañino; no hay conciencia colectiva de respeto a la cultura y como tenemos tantos deberes retrasados pues se nos va acumulando la cosa.

P El domingo hay que votar para eligir a nuestros alcaldes y concejales. ¿Cree que la gente tiene el poder de cambiar las cosas?

R Pienso que sí. Aunque luego depende de lo que votes. Sobre todo en las municipales porque es más cercano, el resultado lo ves más en tu calle, en tu barrio. De hecho cada vez hay más candidaturas municipalistas, fuera de los partidos políticos. No tenemos que perder la esperanza.

P ¿Verá una Cataluña independiente?

R Lo veo lejano, pero al mismo tiempo las cosas se mueven mucho, la gente se hace preguntas y eso es interesante. Cuando decimos «Cataluña independiente» tampoco tenemos muy claro qué quiere decir, ni en qué forma ni en qué manera. Habrá que encontrar soluciones para que entre todos nos entendamos, formas de gobernar más cercanas al ciudadano y más justas socialmente. Eso es lo que me interesa.

P La película sobre el 1 octubre seguro que está al caer.

R Sí seguramente ya habrá más de uno montando la peli. Luego dependerá también de cómo lo cuentas. El otro día hablaban de un documental sobre Allende y uno decía que con imágenes reales tan buenas poco podía aportar una película.

P Hablando de películas,presentó dos en el Festival de Málaga. ¿La crisis no la nota, no?

R No, la verdad es que no, soy un privilegiado. Entre el cine, el teatro, y en Francia, en Italia, aquí. Virgencita que me quede como estoy.

P ¿Hollywood no le va?

R Me pilla un poco lejos la verdad. No tengo tiempo de planteármelo, tengo mucho trabajo. Hollywood me parece una idea de cuento de niños, pero yo ya soy mayor. No creo en cuentos.