A veces menos es más, pero otras menos es menos. Menos presupuesto, menos espectáculos. El festival Tercera Setmana pasa de refilón este año por Alicante. Serán tan solo dos propuestas escénicas las que se han programado en la ciudad, una de teatro de sala, Celebraré mi muerte, y una de calle, Girafes, de Xirriquiteula.

El festival impulsado por la Avetid (Asociación de Empresas de Artes Escénicas del País Valenciano) surgió en València en 2016 y un año después se extendió a Alicante y Castellón. Entonces fueron cuatro espectáculos los que se programaron en esta ciudad, tres de calle y uno de sala, en el Teatre Arniches. En la edición pasada, dada la buena acogida de público, fueron cinco, tres de calle y dos en el Arniches. Sin embargo, este año, que se celebra del 6 al 15 de junio, tan solo habrá dos.

«Siempre hay más reticencias en el sur, parece que necesitemos una inyección directa de cultura, pero cuando hay oportunidad de que haya sinergias y se colabore para favorecer la aparición de artes escénicas novedosas, pues no hay tanta implicación», asegura el ilicitano Paco Maciá, director artístico de Tercera Setmana junto al castellonense Tomás Ibáñez.

El caso es que de la treintena de espectáculos programados, València acogerá un total de 24, Castellón 8 y Alicante 2. Haciendo números, el presupuesto total alcanza los 325.000 euros, de los que 50.000 corresponden a la aportación del Institut Valencià de Cultura, que es igual a la del año anterior (aunque no han cedido el Teatro Rialto como escenario, por lo que «nos ha limitado la presentación de los espectáculos).

La diferencia está en las aportaciones de los ayuntamientos, ya que el de Castellón suma más de 30.000 euros, el de València, 20.000, además de publicidad por toda la ciudad, y el de Alicante solo llega a los 4.000 euros. Además, la Diputación de València también se ha implicado con 40.000 euros y cede el Teatro Principal, mientras que la Diputación de Alicante, según Maciá, no ha sido receptivo con este festival en estos tres años.

Tampoco hay en esta ciudad una respuesta de empresas y organismos, «algo que sí ocurre en València». De esta forma, el resto corresponde a esos respaldos. «Nosotros buscamos sinergias porque no somos una entidad pública, somos una plataforma que promociona un festival y buscamos el respaldo de administraciones públicas, pero también otros organismos», afirma.

De hecho, «el Ayuntamiento de València ha querido programar espectáculos en barrios con participación ciudadana, que es un poco la filosofía del festival, y la Autoridad Portuaria también colabora».

En Alicante, el ayuntamiento ha apostado por un montaje de calle, en vez de dos como el año pasado, y financiado por el IVC vendrá el montaje de sala Celebraré mi muerte, producción de Jordi Évole y Alberto San Juan. «Contamos con un presupuesto limitado y hemos valorado traer un montaje muy potente a Alicante; preferimos aportar cosas novedosas y contundentes para llamar a un público alicantino que sabemos que está ahí».

Paco Maciá es consciente de «la limitación de presupuesto» del consistorio alicantino, pero que Alicante cuente con un mayor número de propuestas en el festival «depende del ayuntamiento y del IVC porque otros organismos no han querido colaborar, ni la Dipuación aunque hemos contactado para solicitar su participación».

La entidad que sí colabora es el Consorcio de Museos, en esta ocasión con dos espectáculos, que se realizarán en el Centre del Carme, pero la organización del festival tampoco ha incluido Alicante. «Queríamos haber traído uno al MACA este año, pero al final no ha podido ser».