No se va a ver un museo distinto, pero sí un museo mejor para la conservación de sus fondos. Así resume Joserre Pérezgil, conservadora del Mubag, los trabajos de remodelación que se han llevado a cabo en las entrañas del museo de la Diputación, de Alicante que ayer recibió la obra por parte de la empresa ejecutora. Fue en junio del pasado año cuando cerró sus puertas y no será hasta el mes de septiembre u octubre cuando vuelva a abrirlas, después de cinco meses de retraso, con un aire renovado -en el sentido literal- que supone unas mayores garantías para las obras de arte, con nuevas instalaciones para la regulación de temperatura y humedad, además de la habilitación de dos nuevos espacios para exposiciones.

«Se ha hecho una labor importantísima de climatización porque lleva 16 años abierto y se han ido haciendo arreglos, pero, claro, ha habido avances y ahora el sistema es fantástico», destaca Pérezgil. «Es importante la obra que se ha hecho porque es el pulmón del museo, la garantía de conservación».

Tanto es así, que el siguiente paso se centra en realizar pruebas en todas las plantas con medidores de temperatura, «hasta que lo regulemos y se quede estable a 22 grados más-menos dos y la humedad entre 50 y 55, más-menos dos, que es lo que nos piden los rangos». Y precisamente esas gráficas estabilizadas son las que tendrán que enviarse a los centros que han prestado obras al Mubag, entre ellos el Museo del Prado, el San Pío V y el Museo Nacional de Arte de Cataluña, «para que vean lo que se ha hecho».

Después, los cuadros comenzarán a regresar al Museo Bellas Artes Gravina, desde el almacén especial creado para depositar las piezas durante los trabajos. El proyecto ha dado como resultado dos espacios expositivos más. El primero, en la planta baja ya que la zona dedicada a Emilio Varela ahora se ha cerrado con una puerta «y tiene climatización propia». La segunda, un espacio en la entreplanta que también se ha cerrado y acondicionado.

Redistribución

El nuevo Mubag reabrirá sus puertas con nuevos aires y exposiciones. En la primera planta, dedicada al siglo XIX, se colocarán «dos muestras distintas». Como artista destacado, será protagonista Joaquín Agrasot, por el centenario de su muerte, y en la sala de reconocimientos internacionales «estamos a la espera de cerrar una exposición con unos cuadros muy buenos de un coleccionista particular de un pintor alicantino». Las muestras del Consorcio de Museos llenarán la segunda planta, en este caso con las obras de Vicente Rodes.

La nueva sala de la entreplanta no se inaugurará hasta noviembre, igual que el espacio de Varela de la planta baja. Precisamente en la zona de entrada, donde se hacen los ciclos de conferencias y diferentes actividades, se ha colocado una pantalla grande y se ha instalado un sistema de sonidos permanente.

«No ha sido fácil -destaca la conservadora, Joserre Pérezgil-, porque al tratarse de un BIC tiene mucha dificultad la instalación de maquinaria».