Desde Perdidos, en 2010, ningún final de una serie levantaba tanta expectación en España. Los más fanáticos trasnocharon para asistir en directo al desenlace de Juego de tronos, que emitió tanto HBO como Movistar+ a las 3 de la madrugada de este domingo al lunes.

Después de ocho temporadas, con 47 premios Emmy en su haber y convertida en auténtico fenómeno sociológico, la serie de fantasía épica inspirada en la colección de libros de George R. R. Martin llega a su fin y sus seguidores se debaten entre la euforia y el miedo a la decepción.

La ola de terror desatada por Daenerys (Emily Clarke) en el penúltimo episodio ha disparado aún más las teorías sobre el desenlace. No hay nada claro y las conjeturas son múltiples.

Muchos no han esperado ni siquiera al final para manifestar su decepción. Una petición en el portal de internet Change.org dirigida a HBO para que se ruede una temporada final alternativa de la serie va camino de reunir un millón de firmas.

Los firmantes critican la «incompetencia» de David Benioff y D.B. Weiss desde que se quedaron sin el material de referencia, es decir, los libros de Martin. El escritor participó en los guiones de la serie pero dejó de hacerlo a partir de la quinta temporada para centrarse en los libros que le quedan por escribir.

De cualquier modo, la audiencia de Juego de Tronos no ha hecho más que crecer desde la primera temporada, vista por 9,3 millones de personas sólo en Estados Unidos, hasta la séptima, con 32,8 millones de espectadores. HBO aún no ha facilitado datos de la octava.

En España el fenómeno ha trascendido a la arena política y la lucha por el control de los Siete Reinos ha llegado a ser fuente de inspiración en las recientes campañas electorales para todos los partidos, desde el PP al PSOE y sobre todo Podemos.

Pablo Iglesias prologó un libro sobre la serie y fue muy comentado el regalo que le hizo en 2015 al Rey Felipe VI de una colección en Blu-Ray de las cuatro primeras temporadas.

Su impacto también ha sido económico desde que el rodaje de la serie comenzó a recalar por tierras españolas a partir de la quinta temporada, en localidades como Sevilla, las Bárdenas Reales, San Juan de Gaztelugatxe, Trujillo, Girona, Peñíscola o Almería.

Por poner un ejemplo, la consultora JP Media realizó un estudio sobre el impacto económico que el rodaje de la serie de HBO tuvo en Peñíscola y lo cifró en 1.000 millones de euros, incluido el impacto publicitario de las más de 5.000 noticias generadas en medios nacionales e internacionales y el impacto turístico directo generado durante los días de rodaje.

En Sevilla solo el primer rodaje movió 12.000 pernoctaciones del equipo y provocó 140 contrataciones extra, según la memoria de la Andalucía Film Commission.

Aunque Juego de Tronos llega a su fin, HBO ha contratado a varios guionistas para desarrollar ideas que puedan resultar en nuevas series relacionadas con ese universo. De momento, el único confirmado es una precuela protagonizada por Naomi Watts cuyo primer episodio contará con un guion de Jane Goldman y George R.R. Martin.

Para quienes tengan síndrome de abstinencia más urgente, HBO España estrenará el lunes 27 de mayo el documental La última guarida, dirigido por la británica Jeanie Finley, que descubre los entresijos de la producción de la última temporada.