¿Se puede hacer una declaración de intenciones (o de amor) en 140 caracteres? Luis Larrodera dice que sí y lo demuestra en su libro Un tuitero enamorado (editorial Mankell), que construye con mensajes de Twitter. Ahora quiere compartir la experiencia, pero con los más pequeños, y hoy mismo ser reunirá con 35 niños de 11 años, del colegio María Auxiliadora de Alicante para proponerles el juego de expresarse (correctamente) con mensajes que respetan esa longitud de texto. Una manera, dice, de «introducir a los niños en la lectura a través de la escritura y al revés también; ambas cosas se dan la mano», asegura el periodista, actor y escritor que mañana presenta además la gala de clausura del Festival de Cine de Alicante.

Todo surgió en la Feria del Libro de Alicante, mientras firmaba ejemplares de su libro. «Estábamos dando vueltas a ver si podíamos hacer algo con el libro y esa idea la convirtieron en realidad dos niñas de 11 años que compraron mi libro y dijeron que podía estar bien que yo fuera a su colegio a contarles cómo lo hacía». De esta manera empezó a gestarse este proyecto que ahora se materializa. «Les pregunté cuándo les venía bien que fuera y coincidió con el Festival de Cine, así que aquí estoy».

Acostumbrado a auditorios más maduros, enfrentarse a niños de 11 años lo hace «con ilusión» y recuerda su etapa como monitor de campamentos, animador, entrenador deportivo en colegios y, ahora, también como padre. «Voy con ganas de ver los planteamientos que puedan surgir porque los niños tienen la mente que todavía no está contaminada, los mayores tenemos muchos más prejuicios. Puede ser una experiencia muy estimulante y revitalizante para mí».

Larrodera, que se encuentra en pleno rodaje de la nueva serie 45 revoluciones y es narrador del programa Ven a cenar conmigo, cree que «lo bonito de la literatura es que necesitas el papel y el bolígrafo, y luego que cada uno deje volar su imaginación». En 140 caracteres, eso sí. «Ellos han nacido ya en ese entorno y yo pretendo usar esa herramienta pero desde un punto más narrativo y, por supuesto, utilizar el lenguaje correctamente, sin abreviaturas, ni atajos, que tenemos una lengua muy rica».

El actor, que está a punto de llegar a la segunda edición de su libro, pretende seguir por otros centros que ya se han apuntado para vivir esta experiencia.