La puerta del despacho de dirección del Teatro Principal de Alicante permanece cerrada desde el pasado 30 de abril. Ese día, el hasta entonces director del coliseo, Paco Sanguino, abandonaba el edificio y dejaba atrás tres años de trabajo en esta entidad cultural. Su paso a la política como candidato a la Alcaldía por el PSOE le llevó a anunciar su salida del teatro el pasado 1 de marzo, cumpliendo con los plazos estipulados en su contrato que establecían un periodo previo de aviso de dos meses.

Y ese será también como mínimo el tiempo que permanecerá sin ocupar ese despacho de nuevo, una espera inducida por la formación del nuevo equipo de Gobierno que resulte de las elecciones municipales del 26 de mayo. Teniendo en cuenta que el alcalde elegido en las urnas y los concejales que conformen el gobierno municipal no tomaran posesión hasta el 15 de junio y que, posteriormente, habrá que esperar a que se reuna el Consejo de Gobierno del teatro, es bastante probable que no sea nombrado como mínimo hasta el mes de julio.

Comienza así un camino incierto y presumiblemente largo en el que el teatro atravesará diversas fases, aunque la programación, eso sí, ya está cerrada hasta finales de año. Desde el 30 de abril ha sido la concejal de Cultura, y por tanto consejera delegada del teatro, María Dolores Padilla, quien ha asumido las funciones de interlocutora entre los propietarios (Ayuntamiento, Banco Sabadell y ya también la Generalitat) y de responsable, tal como se decidió en la última reunión de propietarios, celebrada el 25 de abril.

Esto será hasta el 15 de junio, ya que ese día, cuando se conforme el nuevo Ayuntamiento, Padilla abandonará su cargo de concejal de Cultura y volverá a su puesto de subdirectora del teatro, del que está en excedencia desde que fue elegida como edil en las listas del PP. Dos viajes a la política, los de Padilla y Sanguino, en los que el eje en común ha sido precisamente el Principal.

El anuncio de Sanguino para dejar el teatro ha tenido también un camino largo, aunque una salida rápida. «El día 30 por la mañana llegó una carta del alcalde, Luis Barcala, indicándome que tenía que irme y después me llamó María Dolores Padilla para que entregara el móvil, las llaves y el portátil. Y no he vuelto», afirma el aspirante a la Alcaldía de Alicante.

Una rapidez que, asegura, no se corresponde con «la falta de respuesta» que obtuvo cuando solicitó reunirse con la concejal. «En dos ocasiones pedí una reunión para hablar del tema y ante la falta de respuesta le escribí un mail el 1 de marzo en el que decía que el 30 de abril dejaría el cargo para cumplir con el plazo que se establece en mi contrato». Tampoco hubo respuesta. «Le pedía que informara a los propietarios para ver si les parecía bien, pero nada, silencio administrativo». La renuncia se ratificó de todas formas en el Consejo de Gobierno «con los datos de mi escrito».

Padilla ya mira al futuro y afima que pasado mañana tiene una reunión con el personal del teatro. «Aunque la programación está cerrada hasta diciembre, también hay propuestas para futuro, hay que ver la planificación y atender las cuestiones que surjan», asegura. Entre ellas, «trabajar en el preproyecto de remodelación del edificio y en el cambio de las escrituras para incluir que con los 3 millones aportados por la Generalitat se cancele el déficit de 950.000 euros, 500.000 de los últimos tres años».

No se descarta que si se revalida el Gobierno del PP, Padilla vuelva a dirigir el Principal, cargo que ya desempeñó entre 2006 y 2015. «Eso lo decidirá el consejo».