Son alicantinos y compañeros de serie en Acacias 38, una ficción que acaba de rebasar el millar de capítulos tras cuatro años en antena y cinco temporadas en TVE, que cuenta las relaciones de un grupo de sirvientes y las familias burguesas para las que trabajan a principios del siglo XX.

Entre los más de veinte personajes que entran y salen, Jacinta es una de las más veteranas, encarnada por Rebeca Alemany, alicantina de 27 años con familia en Busot, que comenzó en la serie pocos meses después del inicio. «Pero me acogieron tan bien que Lolita se siente de siempre», bromea la actriz, para quien el personaje es su «doble».

«Son tantas horas siendo ella que es inevitable llevarla puesta. Las dos venimos del campo, a las dos nos gusta llevar la vida con una sonrisa, y el amor y la diversión nunca faltan. Somos muy parecidas y a veces asusta tanta coincidencia», apunta Rebeca, que considera a Lolita «sincera, alegre, bruta y defensora de lo justo» siendo una joven «que coge su macuto y se va a la ciudad dejando la vida que ha llevado en su querido pueblo» para convertirse en criada y ahora ser una mujer «con negocio propio, independiente y que pisa firme».

Jona García, alcoyano de 39 años, lleva dos años en la serie, a la que entró «como personaje episódico, de algunos capítulos sueltos, y me fui convirtiendo en habitual hasta que al final me ofrecieron quedarme fijo», indica el actor, que da vida a Jacinto, un pastor primo de una de las criadas del barrio, «que con el tiempo pasó a ser portero del prestigioso portal 38 de la calle Acacias».

Él, que para su papel se ha inspirado en gente del campo de Extremadura y de Zaragoza, apunta que la serie cuenta «la relación entre señores y criados en 1913» con sus «amores, desamores, traiciones, hecatombes y cómo el barrio supera todas las cosas».

Telenovela de época

La ficción es un éxito en Italia y ahora llega a Chile. García considera que «engancha al ver el estilo de vida de siglos pasados, las diferencias de clases, y la gente empatiza con los personajes, que intentan superar sus problemas», mientras que Alemany cree que la clave reside en que «siendo un formato de telenovela y de época, es bastante diversa, tanto de tramas como de personajes, y la gente se puede identificar».

Para la alicantina, este papel ha sido fundamental en su carrera, por ser «el primero que me ha permitido sobrevivir como actriz y jugar durante tanto tiempo» y, sobre todo, «divertirme cada día con mi trabajo. No me canso de darle vida y es un auténtico regalo». Siendo Acacias 38 su primera gran serie, estar desde el capítulo 135 le ha brindado «la oportunidad de realizarme como actriz y un aprendizaje brutal», especialmente en una serie diaria «que lleva un ritmo de creación muy rápido y como artista tienes que adaptarte al formato. Es la mili de los actores» y se declara «eternamente agradecida».

Tampoco es diferente la sensación del alcoyano, para quien la serie es «una universidad acelerada de interpretación muy dura» al tiempo que «fantástica». «Es un entreno diario, no te puedes relajar porque el ritmo no baja, si acaso sube. Cada día hay imprevistos, cambios de órdenes, de textos, y siempre has de estar preparado. Así y todo, me encantaría seguir por muchas temporadas», afirma.

García, que ha trabajado mucho en teatro, destaca de la televisión que el equipo de actores se multiplica: «En teatro, para una escena de dos personas solo hay dos personas; en la televisión se necesita un mínimo de 7 u 8 personas para cada toma. Te da una presión diferente, no actúas solo por ti».

Ambos destacan el buen momento de las series con los que combatir el paro de los actores. «Son un gran vivero de actores. Yo llegué como episódico -señala él- y desde que estoy fijo han pasado muchos más. Te das cuenta de la cantidad de trabajo que generan y las oportunidades que dan a mucha gente. Dan una tranquilidad que cuesta mucho conseguir». Alemany opina que las series diarias son «un punto a favor porque juegan muchos personajes, las tramas constantemente se renuevan, y eso genera trabajo».

Regreso a la provincia

Viven en Madrid de lunes a viernes. Jona intenta volver a Alcoy los fines de semana, ya que su mujer vive y trabaja allí. Rebeca sigue teniendo en Alicante a su familia y amigos: «Disfruto del aire libre en el campo, en Busot, el pueblo de mi padre, y aprovecho cualquier oportunidad para bajarme, no me importa si son dos días, me merece la pena ese olor a mar, mezclarme con las cabras al pie del Cabeçó d'Or y disfrutar todas las fiestas que pueda con mi gente».