El Museo Nacional del Prado, que en sus dos siglos de historia se ha convertido en una de las pinacotecas más importantes, reconocidas y visitadas del mundo, fue galardonado ayer con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2019. La ejemplaridad de su contribución al «desarrollo humanístico de la sociedad pasada, presente y futura» fue destacada por el jurado en Oviedo.

El jurado, presidido por el filólogo Víctor García de la Concha, reconoce también al Prado como «símbolo de nuestra herencia común» y la «labor de conservación y divulgación» que ha hecho de «uno de los más ricos patrimonios artísticos del mundo», que cada año es visitado por unos tres millones de personas.

El Prado abrió en noviembre de 1819 con 311 pinturas de la Colección Real de la escuela española y 200 años después cuenta con 7.600 pinturas, 1.000 esculturas y miles de estampas, dibujos documentos históricos y objetos decorativos. De todo ello, exhibe en su sede algo menos de 1.000 obras y unas 3.100 se encuentran depositadas en museos e instituciones oficiales, y el resto se conservan en sus almacenes. Entre sus joyas destacan El jardín de las Delicias de El Bosco, El caballero con la mano en el pecho de El Greco, El tránsito de la Virgen de Mantegna, La Sagrada Familia conocida como La Perla de Rafael, Carlos V a caballo en Mühlberg de Tiziano, El Lavatorio de Tintoretto, el Autorretrato de Durero, Las Meninas de Velázquez, Las tres Gracias de Rubens o La familia de Carlos IV de Goya.