Los reyes Felipe y Letizia, junto a sus hijas y doña Sofía, asistieron ayer en la catedral de Mallorca a la misa del domingo de Pascua, celebración en la que estuvieron presentes desde que hace ya casi cinco años hubo el relevo en la Corona.

Los miembros de la familia real, a los que en esta ocasión no se unió el rey Juan Carlos, llegaron a la puerta del templo mallorquín poco antes del mediodía en un vehículo conducido por Felipe VI.

Al lado del rey iba sentada doña Letizia y en los asientos traseros la princesa de Asturias, la infanta Sofía y la reina Sofía.

Tras ser recibidos por la delegada del Gobierno en Baleares, Rosario Sánchez, los miembros de la familia real posaron sonrientes para los medios.