«Me interesa mucho jugar con lenguajes distintos que vienen a decir lo mismo», dijo Cristina de Middel cuando presentó su libro Cucurrucucú sobre la cultura de la violencia en México, en el que incluía 200 dibujos inspirados en fotografías de sucesos del archivo fotográfico de la revista mexicana Alarma! Ayer, la fotógrafa alicantina presentó en Madrid una exposición con esos 200 dibujos, así como 1.200 fotografías reales de sucesos del archivo, entre otros, como ejemplo de la doble naturaleza de la fotografía y de la utilidad que ella confiere a imágenes antiguas en algunos de sus proyectos.

La exposición Preparados, listos, archivo se inauguró ayer en la sala grande -La Principal- del centro cultural de Tabacalera de Madrid, organizada por el Ministerio de Cultura y coproducida con el Museo de la Universidad de Navarra.

El ella se reúnen tres de sus series fotográficas - Jan Mayen, Cucurrucucú y Aleatoris Vulgaris- donde la Premio Nacional de Fotografía 2017 toma el archivo fotográfico como punto de partida de estos proyectos invitando al público a explorar, respectivamente, sobre una falsa expedición al Polo Norte, el umbral de violencia fotográfica en México y la imposibilidad de lo aleatorio.

El trabajo de la fotógrafa alicantina reflexiona sobre la fotografía como herramienta documental y como instrumento para la narración de ficciones -tan válida esta para promover la mirada crítica del público- y en la exposición se muestra tanto obra original suya en imágenes y dibujos como el material apropiado y recreado.

El proyecto se inicia con Jan Mayen, nombre de una isla que un grupo de científicos se propuso investigar a principios del siglo XX. Después de no poder desembarcar en ella, el grupo simuló la hazaña en otra playa registrándola con un cinematógrafo, del que no se conserva película pero sí documentación. De Middel, se propuso hacer «el fake del fake», como explicó ayer, y rodó su propia película, que se muestra junto a fotografías propias coloreadas e intervenidas para cuestionar las versiones oficiales con las que se escribe la historia.

Rancheras de fondo

La segunda serie es la ya citada Cucurrucucú, donde las imágenes reales y las ilustraciones realizadas por la alicantina -que acompaña de textos desgarrados de rancheras mexicanas como si fueran viñetas cómicas- se muestran con el sonido de estas canciones entonadas por Rocío Durcal, donde se ve el lenguaje de la violencia en sus distintas formas. Por último, De Middel presenta otro proyecto conceptual, Aleatoris Vulgaris, con dibujos y collages. «En este caso -apunta- no hay historia, sino pura reflexión sobre la destrucción y creación de imágenes y lo aleatorio», según recoge Efe.

El catálogo cuenta con un texto de Joan Fontcuberta, otro maestro de la ficción fotográfica, que apunta que el archivo es el bastión de la memoria y cuando este se abre al relato «es como si trasladásemos nuestra inteligencia a una cueva de Alí Babá».

A su vez, en la sala pequeña de Tabacalera -La Fragua- se expone Crear sin prisa, una muestra de 15 obras expuestas en ARCO seleccionadas en el Certamen Cervezas Alhambra de Arte Contemporáneo, coordinada por la comisaria afincada en Dénia Alicia Ventura.