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El cambio climático se ceba con el coral del Mediterráneo

Medio Ambiente certifica el blanqueamiento de los corales Cladocora caespitosa y Oculina patagónica en las reservas marinas de Tabarca, el cabo de San Antonio y Serra d'Irta por el calentamiento del agua

La Comunidad Valenciana se enclava en un territorio muy vulnerable al cambio climático, donde éste se dejará sentir «con mayor rigor». Lo advertía hace unos días la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que daba oficialidad a las impresiones de la calle: los veranos de ahora se prolongan durante cinco semanas más que a comienzos de la década de los años ochenta.

Las evidencias, además del aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones, empiezan a detectarse también en los ecosistemas marinos, particularmente en las zonas intermedias y en las más profundas. Tres estudios confirman el blanqueamiento en un alto porcentaje de las poblaciones de corales superficiales y de gorgonias en estaciones fijas. Además, se ha llevado a cabo un seguimiento de temperaturas que demuestra el aumento de estas en las reservas marinas alicantinas de Tabarca y el cabo de San Antonio y en la Serra d'Irta (Castellón) como recoge el documento de la Estrategia Valenciana de Cambio Climático y Energía, recién elaborado por la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente.

Las investigaciones, encargadas por la Generalitat Valenciana, han sido llevadas a cabo por el departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la Universidad de Alicante, el Instituto de Ecología Litoral de El Campello y el Instituto de Investigación en Medio Ambiente y Ciencia Marina (Imedmar) de la Universidad Católica de València.

Los resultados obtenidos permiten establecer una base de datos que servirá para futuros seguimientos y evaluar la afección a las colonias de corales Cladocora caespitosa y Oculina patagónica. En ambas especies se ha detectado el blanqueo, claro indicador de fenómenos de calentamiento global, y el recubrimiento por epizoontes (organismo sin pie que vive fijado a otro). Situaciones que denotan también la acidificación del agua.

La elevación de la temperatura del agua del mar ya produjo episodios de mortalidad en masa entre 1999 y 2003. La frecuencia de estas anomalías se ha incrementado en la última década, especialmente en los veranos de 2006 a 2009 y en 2015.

La combinación de una prolongada exposición a altas temperaturas con un escaso aporte alimenticio desemboca en el blanqueamiento primero, la necrosis después y por último el crecimiento de otros organismos (epibiosis) sobre las partes muertas de la colonia. Algo comprobado en la reserva marina de Tabarca. De las 27 colonias de Cladocora caespitosa estudiadas, el 90% sufría algún tipo de «decoloración» y la casi totalidad tenía alguna parte recubierta de organismos como algas.

«Esto nos indica que el ejemplar padeció una necrosis en temporadas anteriores. Ninguna colonia observada durante el estudio estaba completamente sana», según las investigaciones de la Universidad de Alicante. En cuanto a las 71 colonias de Oculina patagónica, un 80% estaba afectada por blanqueamiento. En el cabo de San Antonio, entre Dénia y Xàbia, se fotografiaron 109 colonias de Oculina patagónica y Cladocora caespitosa, donde se observó que el 82,57% estaban afectadas por blanqueo. Un sensor térmico colocado en una de las boyas de fondeo registró la máxima de 27,25 grados el 8 de septiembre de 2018, mientras que la mínima fue de 12,09 el 12 de febrero de 2018.

El avance de especies exóticas

En la Serra d'Irta, mientras, la única colonia de Cladocora caespitosa, también conocida como Madrépora, mantenía el mismo aspecto que en 2017, con un 5% de blanqueado, sin apenas crecimiento. Los estudios se centran en reservas marinas protegidas y por tanto no afectadas por obras costeras, dragados, regeneración de playas, aguas residuales, contaminación industrial o la erosión producida por la pesca de arrastre y artes fijas.

Colocar la «lupa» en el fondo marino ha servido para detectar una disminución de las especies más exigentes en aguas frías y el avance de exóticas de origen subtropical.

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