Grafitis y falleras Grafitis y fallerases el último trabajo del fotógrafo de Orihuela Ricardo Cases, que acaba de presentar en la antesala de las fiestas de Fallas, y en el que el título apenas requiere explicación. El alicantino afincado desde hace años en la localidad valenciana de Torrent, que despuntó en la fotografía hace una década con su proyecto Belleza de barrio realizado en el extrarradio madrileño, se detiene ahora en las calles del centro de València con las falleras como personajes protagonistas y utilizando las paredes de grafitis y pinturas urbanas como fondo de un improvisado estudio callejero.

«Valencia es una ciudad donde hay una notable presencia y reconocimiento del arte urbano y se me ocurrió este trabajo con el objetivo de sintetizar en una misma imagen tradición y modernidad», explica Cases, que añade que «al igual que no me interesaba la fallera mayor, sí me gustan los grafitis populares de los muros de los barrios». Sobre estas firmas y murales figurativos posan las valencianas retratadas por el autor de otros trabajos como Sol, El porqué de las naranjas o Paloma al aire.

Como señala Hector Hugo Navarro en el texto elaborado para la editorial que ha publicado el libro (Tapas Duras), el grafiti es el «nuevo reclamo turístico» en una ciudad, la de los solares, donde «se ofrecen generosamente muros y paredes vírgenes» a los grafiteros. Un arte efímero como la imagen de las falleras y las propias fallas.

La publicación ha tenido una edición limitada a 50 copias y se presenta en forma pantonera, una especie de muestrario de telas de trajes de fallera. Ricardo Cases presentó Grafitis y falleras el pasado sábado en la feria Calderilla, la segunda «gran feria internacional de fotografia local» que organiza el fotógrafo Pablo Casino en su local Novedades Casino, del barrio del Carmen.