La industria del directo en España registró en 2018 el mejor año de su historia en términos de facturación, al cosechar un récord de 334 millones de euros, según consta en el décimo Anuario de la Música En Vivo, presentado ayer en Madrid.

Se trata del quinto ejercicio consecutivo de subidas, siendo esta última la de mayor volumen, un 24,1% más de crecimiento, que deja el sector en niveles superiores a los registrados incluso antes de la crisis, que «rompe la dinámica de pérdidas vivida especialmente de 2009 a 2012» y que viene a reforzar «el peso específico de este sector como pata fuerte de la música».

La Asociación de Promotores Musicales (APM), la mayoritaria del sector con 74 empresas y más del 80 % de la facturación del país, achaca estas cifras a la menor presión tributaria (tras la rebaja del IVA en 2017), al «crecimiento exponencial» del turismo musical y también «al azar» que dejó una agenda llena de estrellas globales que recalaron en España.

Entre los responsables de esos datos, se encuentra Bruno Mars, el artista internacional que más público congregó en sus citas en el país (110.000 personas). Por detrás, Ricky Martin (en diez shows reunió a casi 80.000 personas) y Shakira (71.000 espectadores en cinco espectáculos).

Las referencias nacionales tuvieron también un peso significativo y llama la atención la «increíble y curiosa casualidad» del empate en la cabeza de la gira de Operación Triunfo y la de Pablo Alborán, con 288.650 espectadores (en 24 y 30 conciertos, respectivamente). Le siguieron Fito & Fitipaldis, Pablo López y Dani Martín.

Un año más también fue muy importante el papel de los festivales. Así, en el podio de los macroeventos reinaron Arenal Sound de Burriana (Castellón) y Medusa Sunbeach Festival de Cullera (Valencia), ambos con 300.000 asistentes en seis jornadas, por delante del madrileño Mad Cool, con 240.000 pero en solo tres días.

Por detrás figuran Primavera Sound de Barcelona (220.000 personas en 5 jornadas), el albaceteño Viña Rock de Villarrobledo (210.000, en 3), Rototom Sunsplash (208.000 en 7 días) y FIB (170.000 en 4), los dos en Beniccàsim (Castellón), el almeriense Dreambeach Villaricos de Cuevas de Almanzora (155.000, 5), el malagueño Weekend Beach Festival de Torre del Mar (140.000 en 3) y el Sónar de Barcelona (126.000 en 3). En cuanto a los que tienen formato de ciclo, el primero fue el Festival Starlite de Marbella (Málaga) con 121.036 espectadores. Detrás, el gaditano Concert Music Festival de Chiclana de la Frontera (100.000 asistentes), el canario Mar Abierto (76.2000), el madrileño Noches del Botánico (70.000) y Jardins de Pedralbes, en Barcelona (59.800). La nota oscura la pone «el mundo de la reventa, tan preocupante y que nos está carcomiendo en los últimos años», según la APM.