La silueta del olvido convirtió ayer al escritor Joaquín Camps Torres en ganador del Premio Azorín de Novela, dotado con 45.000 euros. Presentado con el seudónimo Víctor Palmer, el economista y catedrático de la Universitat de València firma un thriller policíaco protagonizado por una inspectora, Claudia Carreras, «una mujer que a lo largo de la novela tiene que enfrentarse a un caso muy particular, un secuestro donde poco a poco va descubriendo a los culpables, pero también se va descubriendo a sí misma».

Esta es la segunda novela de este autor, después de La última confidencia del escritor Hugo Mendoza (2015). «La novela es una excusa para presentar a los personajes porque en mis libros pasan muchas cosas, pero sobre todo pasan personas. De hecho el mayor piropo que me puede hacer un lector es que cuando cierra el libro echa de menos a los personajes porque no los va a volver a ver».

Nacido en Gandía, pero con arraigo familiar en Alicante ya que su abuelo y su padre nacieron en la Vall de Gallinera, considera a los personajes «esenciales» porque «lo que quiero es presentar al lector la parte humana de la novela». Una novela que transcurre en València, «ciudad que conozco muy bien» y con la que «he intentado crear una montaña rusa emocional, con tres o cuatro personajes que pretendo que el lector aborrezca y luego ame y luego vuelva a aborrecer». En este sentido, afirmó que intenta «que anímicamente al lector le haga reflexionar sobre unos valores».

Definir su novela como un thriller al uso no es del todo exacto, puntualizó. «Es un thriller pero también tiene un componente humorístico y romántico. Creo más en el eclecticismo». El humor es una parte importante de la trama. «Utilizo el humor cínico, a veces negro, para descomprimir los momentos de tensión».

Sobre el hecho de que un economista entre en el mundo de la literatura, dijo que su ejemplo es José Luis Sampedro. «Era economista y es uno de los escritores que más me ha emocionado. Yo estoy en el tema de las organizaciones que se aleja un poco de la visión que se tiene del economista en general, pero yo creo que enriquece mucho tener intereses diversos».

Para documentarse, utilizó varias vías. «La novela tiene un componente del mundo médico hospitalario y he hablado con una persona cercana sobre el tema y otro amigo magistrado me ha asesorado también, y, cómo no, internet ayuda una barbaridad».

Sobre la posibilidad de abordar otros géneros, Camps destacó sentirse «cómodo» con el thriller, «pero he de confesar que en mi libreta de argumentos, la siguiente novela que tengo pensada ya no es un policiaco» y otra que tiene en el cajón y transcurre en París «es policiaca pero con tintes históricos».

La gala de concesión de este galardón, impulsado por la Diputación de Alicante y Editorial Planeta, se celebró en la Sala Sinfónica del ADDA, con capacidad para 1.200 personas, en esta ocasión con el lema La prosa que marca época. El acto, que contó con la presentación de la periodista y escritora ilicitana Mónica Carrillo, incluyó un recital a cargo del actor Mario Zorrilla, quien leyó un fragmento de Castilla de Azorín, acompañado por una violonchelista.

Antes del fallo del premio, la orquesta ADDA Simfònica, dirigida por Josep Vicent, ofreció al público la Obertura de Guillermo Tell de Rossini, Adagio for strings de Barber, Sinfonía n5. Op 67. IV. Allegro de Beethoven y Sinfonía n4. Op. 36. IV. Finale. Allegro con fuoco de Tchaikovsky.

En esta edición se presentaron un total de 215 novelas, procedentes de España y del extranjero, 58 más que en la edición anterior y 24 de ellas procedentes de la provincia de Alicante. Una de ellas, Mentiras piadosas, de la alicantina Mariam Vicente, quedó entre las diez finalistas de esta edición.

El jurado de la presente edición estuvo compuesto por el diputado de Cultura y Educación, César Augusto Asencio, que ejerce de presidente del mismo, así como por los escritores Juan Eslava Galán, Nativel Preciado, Reyes Calderón y Rafael Poveda, además del catedrático en Literatura y crítico literario, Jaime Mas, y la directora de Editorial Planeta, Belén López Celada. La directora del área de Cultura de la Diputación, María José Argudo, actuó como secretaria sin voto.