La primera obra que Pilar Citoler compró en 1969 fue una pintura de Pepe Caballero en la galería Juana Mordó de Madrid. «Era una gran elipse matérica y me emocionó su simbolismo conceptual. Parecía que la vida era una rueda, se veía cómo empezaba pero no cómo acababa», explica Citoler sobre ese impulso que le ha llevado a ser una de las primeras y mayores coleccionistas de arte de este país, amiga de artistas, como Eusebio Sempere, y hasta dentista de muchos de ellos.

Su primera gran colección, Circa XX, con la que reunió más de 1.200 obras de distintas disciplinas, la donó en 2013 al Museo Pablo Serrano de Zaragoza, pero ella ha seguido intentando atrapar el momento y el mundo que le rodea con nuevas adquisiciones, donde la fotografía -junto al videoarte o la instalación- predomina en la nueva colección, que ya alcanza 300 obras. Ahora, en el marco de PhotoAlicante, cuelga en Las Cigarreras una muestra de algunas de sus adquisiciones recientes: 21 proyectos de 17 autores con más de medio centenar de imágenes.

La fotografía. Relato personal de una generación es, como señala la comisaria Alicia Ventura, «casi una biografía visual» de la coleccionista, ya que «ella siempre ha dicho comprar lo que le gusta y con lo que se identifica, no sigue una línea marcada pero sí refleja su personalidad y su pensamiento», en el que destaca la defensa de los derechos de la mujer y la conservación de la naturaleza.

Ella posa un día antes del 8M junto al retrato de una joven de la fotógrafa Ana Laura Aláez, «ya que este es el año de la mujer y creo que está muy representada en mi colección», indicó Pilar Citoler, que consideró la muestra «una imagen muy fiel» de sus fondos, «tanto en el paisaje como en la figura humana».

Ella aclara que nunca pensó que iba a crear una colección: «Yo iba comprando obras de artistas que me emocionaran y me transmitieran algo especial. Nunca he tenido asesoramiento, yo veía una pieza y decía: ''esta''. Siempre he sido muy fiel a las galerías y he comprado a través de ellas, pero he hecho siempre lo que me apetecía sin pensar si era una pionera o si hacía un disparate».

En ese mundo, la fotografía siempre ha tenido un lugar destacado, pero en la nueva colección es «primordial» y Citoler recuerda que esta siempre le ha acompañado en su vida. «La fotografía te ofrece un mundo de imágenes tan diverso y tan múltiple que es muy excitante», añade sobre este arte que, se regocija, «vive un gran momento de esplendor y expansión».

Cincuenta años después de comprar su primera obra, Citoler asegura que el impulso de coleccionista «es el mismo, sale del alma» y recuerda que ella ha atesorado sus fondos «paso a paso» siendo el dinero importante pero no primordial: «Hay obra gráfica maravillosa con la que empezar siempre una futura colección».