P La del viernes en Alicante no va a ser una presentación cualquiera de su libro. Va a compartir mesa con sus lectores y van a degustar un menú basado en su novela, vino incluido.

R Bueno, la verdad es que esta mañana he visto en redes el vino con el nombre de mi abuelo y una etiqueta violeta con los tres perfiles de las protagonistas y me ha hecho muchísima ilusión. Tengo muchas ganas de ir. Es una oportunidad para conocer a los lectores, es un gusto.

P Pasados unos meses desde que se convirtió en finalista del Premio Planeta, ¿cómo ha funcionado la novela?

R Soy hija de escritor y le acompañé en su día por varias de sus giras, así es que sabía en qué consistía. Y estoy muy satisfecha porque es un sueño cumplido. Siempre había soñado con llegar a finalista del Planeta, desde chiquilla, y es un milagro. Y estamos por la quinta edición. El Planeta es un escaparate único para un escritor.

P ¿Ha descubierto cosas nuevas a través de los lectores?

R Sí, he participado ya en varios clubes de lectura donde los lectores van muy preparados. Es sorprendente y fantástico, y me ban ofrecido puntos de vista muy personales de quien lee. Los he acogido con asombro y desde luego con ilusión porque es lo que yo deseaba, partir de algo muy íntimo, que era mi historia familiar, y llegar al lector, porque era un recorrido necesario e importante llegar al mayor numero de lectores. Considero que lo más íntimo es mirar atrás a las personas que nos antecedieron.

P ¿ Por qué afrontar esos demonios familiares?

R Fue una necesidad. Por muchas razones, pero hay dos principales. Una para conocerme mejor a mí misma, saber por qué hago las cosas, las adecuadas y las que no lo son, que es lo que heredamos de esos patrones familiares. Otra, porque mi madre murió cuando yo tenía 9 años y yo entendí enseguida la impermanencia de la cosas y el olvido, y deseé en ese instante fijar mi memoria y no olvidar. Para eso, una de las posibilidades es escribir sobre nuestros muertos para que no se pierda en la memoria.

P Entonces ha sido como una terapia.

R Creo que cualquier trabajo que tenga que ver con la creatividad es terapéutico. Cualquier trabajo que aborde un escritor, un artista, un músico, lleva una carga personal importante y esta más, porque ahondo en mis raíces. Ha sido un recorrido iluminador y sanador.

P Su libro habla de mujeres marcadas por hombres que no las han tratado muy bien y estará en Alicante presentando el libro el 8 de marzo, Día de la Mujer. ¿Han cambiado las cosas?

R Cuando a mí me preguntan eso de si no hubieses nacido cuando y donde has nacido, dónde y cuándo te hubiera gustado nacer. Y yo digo que siendo mujer, prefiero nacer donde y cuando he nacido, y vivir donde vivo, en occidente. El recorrido de las mujeres en occidente es muy interesante por lo que esta sucediendo. No es solo cuestión de hablar de hombres y mujeres, y alcanzar esa igualdad que es necesaria y de la que todos nos vamos a ver favorecidos. No se trata de establecer divisiones con un 8 de marzo sino de juntarlo todo.

P ¿Ayanta Barilli ha roto el «maleficio» familiar?

R En el momento en que conocemos las cosas que pasan en las familias, cuando destapamos esos secretos que son tan comunes en todas las familias, se airea la habitación, se airean nuestras vidas y aprendemos de ellos. Por eso es muy importante saber para no repetir cosas que no nos ayudan, igual que es importante saber para sí repetir patrones que son buenos. La ignorancia nunca es buena en ningún tema.

P ¿Cuántas veces ha leído su padre esta novela?

R La leyó cuando ya estaba terminada, cuando buscaba editorial y la ha releído después del premio. Cuando la leyó por primera vez estábamos separados geográficamente, se la mandé por correo y esperé unos días a que terminara de leerla porque para mí era importante su opinión, tanto como padre como escritor y también como parte de la novela. Ha sido una experiencia muy fuerte, por un lado aterradora y por otra parte de una enorme alegría. En este caso es un patrón familiar de los buenos continuar escribiendo.

P ¿ Ya ha empezado nueva historia?

R Estoy en esa vorágine del principio. He empezado nueva novela, pero hay tantísima promoción y tantos actos que no tengo mucho tiempo.

P Su trayectoria en cine y teatro, como actriz, como gestora y como técnico es bastante más amplia que la literaria. ¿Dónde quedan en este momento esas dos facetas?

R Me parece que todo forma parte de lo mismo. No siento que son trabajos que hayan concluido, son trabajos que forman parte de mi ser. Me apasiona el cine, el teatro, la radio, el periodismo. Simplemente siempre quise ser escritora y siempre me quise dedicar al teatro y al cine. Todos son trabajos que forman parte de mi línea familiar, así que me resulta difícil definirme como algo. Siempre quise ser escritora y sabía que lo haría desde la madurez. Pero no dejo nada. Lo que ocurre es que ahora estoy volcada con la literatura.