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Entrevista al escritor y periodista

De Prada: "España se está convirtiendo en un país ingobernable"

El televisivo habla de su última novela, 'Lucía en la noche', donde, además de una historia de misterio, ofrece una sátira de la sociedad actual

De Prada cuenta con un Premio Planeta, entre otros. Miriam Cos

Sus participaciones en tertulias radiofónicas y programas de televisión han dado la fama de polémico a Juan Manuel de Prada (Barakaldo, 1970). El periodista y escritor es la comidilla de todas las lindes políticas debido a su "sinceridad", algo que asegura que es "un deber con él mismo y con su generación". Aunque cuando se mete de lleno en la escritura de una novela echa los restos para conformarse en uno de los novelistas más importantes del país.

Con 'Lucía en la noche' se adentra en el amor y el misterio con tintes de siglo XXI, donde Internet se convierte en el enemigo, al igual que los gobiernos y grandes corporaciones. Un manuscrito en el que el escritor vuelve a reafirmarse como tal y en el que retoma el personaje de Alejandro Ballesteros -una suerte de alter ego- para compartir vivencias.

Juan Manuel de Prada: "Vox terminará defraudando a aquellos que están entusiasmados"./ Vídeo: Miriam Cos- El personaje protagonista ha tenido éxito y está en horas bajas... ¿para ti qué es el éxito?

- Es una percepción exterior que la gente tiene sobre ti y que nada tiene que ver contigo, ni con la valía de tu obra, ni con lo que haces. Es verdad que a veces puede salvar a un buen escritor. La realidad es que en el 99% de los casos el éxito lo tienen los malos escritores, los malos políticos, los malos cantantes... Es muy importante que el escritor se de cuenta de que el éxito, más allá de bueno o malo, se debe a que, a la sociedad, a los poderosos, a la coyuntura del momento le interesa aplaudirte por razones ajenas a tu obra. Éste cumple con los paradigmas culturales del momento presente, porque en ese momento interesa aplaudir tus ideas... es por razones espurias, sucias. Estoy seguro de que el escritor debe mantener siempre el éxito un poquito controlado. Si lo tiene, pues bien, si no lo tiene no llevarse mal rato.

- El personaje de Lucía, ¿qué representa?

- Lucía representa el poder transformador, el poder redentor que tiene el amor y al mismo tiempo, en otro sentido, la fuerza destructiva que tiene el pasado en nuestra vida. Entra en la vida del protagonista y la transforma por completo. Un hombre que había perdido la ilusión por escribir, gracias al amor, la recupera y se convierte en una persona distinta. Luego, la fuerza destructiva del pasado es el meollo de la intriga. Lucía esconde episodios en el pasado y quiere mantenerlos enterrados, pero ese pasado siempre vuelve, le pasa factura, y al final se tiene que enfrentar a ello.

"Me gusta vivir al margen de este frenesí tecnológico que me parece que nos puede llevar al barranco", comenta el escritor

- La alergia de Lucía al Wifi, a los móviles... ¿quiere ser una crítica?

- En principio lo parece, da la sensación que es una mujer que abomina de la tecnología, pero luego vamos a descubrir que las razones por las que no quiere tener móvil son más profundas. Pero sí puede haber una sátira contra la omnipresencia que la tecnología tiene en nuestra vida. Es algo sobre lo que tendríamos que empezar a reflexionar serenamente en nuestras sociedades, tendríamos que vivir algo menos conectados, deberíamos dedicar más tiempo a vivir y menos a la vida virtual, menos tiempo a wasapear, a instagramear, a zanganear... (risas) y más a nuestros amigos, familias, a nuestros libros, en definitiva, a participar de la vida de carne y hueso, no a la vida como espejismo que nos vende la tecnología.

- Internet y las redes, en tu vida, ¿qué representan?

- Representan un aspecto muy limitado e instrumental. Al ser escritor, colaborador en prensa y demás, necesito hacer uso de Internet, pero luego procuro vivir al margen de la tecnología en otros aspectos. No participo en las redes sociales, tengo un móvil absolutamente rudimentario sin conexión a Internet, lo uso para llamar y a muy poca gente, y en líneas generales me gusta vivir al margen de este frenesí tecnológico que me parece que nos puede llevar al barranco.

Una de las cosas que más me impresionan, yo que viajo mucho en transporte público, es ver a todo el mundo con el móvil en la mano, absortos. Es algo inquietante, a veces da un poco de miedo, son personas abducidas, me recuerdan a esos hombres que estaban metidos en cápsulas en Matrix, alimentados por ese monstruo o máquina que les inspira los sueños de una vida falsa. Deberíamos reflexionar.

Infografía: Izaskun Garaizabal- Cuando dices que eres antimoderno, ¿tiene que ver con esto?

- Esto es más profundo, tiene que ver con las ideologías modernas. Digamos que yo he llegado a descubrir el pensamiento tradicional, antimoderno, revolucionario, y las ideologías modernas han dejado de satisfacerme, son visiones amputadas de la realidad.

- Cuando hablas de pensamiento tradicional, ¿a qué te refieres? ¿Qué excluye?

- No excluye nada, es una visión del mundo alternativa a la de las ideologías modernas. Está inspirado en el pensamiento cristiano pero adaptado a las circunstancias presentes. Es el pensamiento más respetuoso con la verdadera naturaleza de España. Muchos de los problemas de hoy en día, de convivencia, encaje político, reconocimiento de las realidades nacionales que conviven dentro del país, tienen que ver con la aceptación de las ideologías modernas y el juego dialéctico que plantean, pero que, a mi modo de ver, no parte de un conocimiento profundo de la realidad española. En este sentido, creo que estas ideologías están agotadas y lo han demostrado sobradamente, son incapaces de solucionar los problemas.

"Soy una persona creyente y tengo responsabilidad de ser sincero ante quien me creó", dice De Prada

- Cuando te declaras tradicionalista...

- No me gusta ningún ismo, ni siquiera catolicismo... en la palabra ismo siempre hay la conversión de algo verdadero en algo ideológico. Me declaro tradicional.

- Y, ¿cuándo la gente te llama facha por declararte así?

- Me da absolutamente igual. Cuando ya tienes callo y eres mayorcito las percepciones exteriores que tienes sobre ti dejan de preocuparte porque es una cosa con la que no puedes combatir. Uno tiene que seguir su camino. También hay quienes me llaman podemita. La visión tradicional es contraria a los abusos del capitalismo. Es una incomprensión inevitable de personas que están muy contaminadas ideológicamente, que no pueden entender otras visiones de la realidad que no sean las estrictamente ideológicas y modernas. Uno tiene que hacer su camino. Hay un romance muy bonito, el del infante Arnaldos, que termina diciendo: "Yo no digo mi canción sino a quién conmigo va". Uno no puede pretender que su canción sea comprendida por aquellos que no van contigo, que no saben lo que eres, que no comparten tus inquietudes. Yo solo digo mi canción a quién conmigo va.

- ¿Alguna vez has dejado de decir algo por el qué dirán?

- En mi juventud sí, pero hubo un momento en que pensé que yo tenía una responsabilidad ante mis contemporáneos, mi generación. Además, soy una persona creyente y tenía responsabilidad ante quien me creó y tendré que rendir cuentas algún día. En este sentido decidí que iba a dejar de callar ante cosas sobre las que tenía que decir algo. Desde hace bastantes años digo lo que pienso, con un coste, pero creo que es una obligación moral. Tengo fama de ser excesivamente sincero, lo que en una sociedad hipócrita es un hándicap, pero cada vez doy más importancia a estar en paz con mi conciencia.

- ¿Lo de ser tan sincero no agobia?

- Tienes que protegerte. Una de las cosas que ayudan es no estar en Internet, viviendo un poco al margen de todo ese remolino de reacciones enloquecidas y desaforadas que puedan generar tus palabras. Es una cuestión de vivir en paz interior, uno tiene que mirar hacia dentro y saber si lo que dice lo dice a tontas y a locas o porque lo piensa, si es por interés propio o por el bien común. Es una labor de discernimiento moral que uno tiene que hacer en cada momento. Si estás convencido de algo debes decirlo.

Juan Manuel de Prada: "Las versiones oficiales son las verdaderamente peligrosas"./ Vídeo: Miriam Cos

- Tú que estás ligado a la actualidad, ¿cómo ves las próximas elecciones?

- Las veo con bastante preocupación y desesperanza. España se está convirtiendo en un país ingobernable; un país muy dividido. No veo una persona con la suficiente generosidad y autoridad entre los líderes políticos como para aunar voluntades y para solucionar problemas enquistados. Vamos a seguir una situación de ingobernabilidad en donde las mayorías que suban van a ser muy precarias y donde las soluciones a los problemas que nos inquietan van a ser insatisfactorias y falsas. Me da mucha pena.

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