Felip Miralles es un hombre sencillo con una mirada profunda en la que se pueden leer los años de experiencia. En su casa, la historia se puede leer en las paredes y estanterías y, ayer, fue el lugar que se llenó de gente, entre ellos sus familiares y allegados, antes de una cita muy especial. Él los recibía con una sonrisa enfundado en un elegante traje, algo no habitual en su día a día. La ocasión lo merecía: su pueblo, compañeros de partido y alcaldes se reunían pare rendirle un homenaje a 40 años como primera autoridad municipal.

La cita tenía un toque muy sentimental para todos pero también el fin a una etapa personal en la que ha pasado media vida dedicado a su pueblo. Miralles accedió a la Alcaldía por primera vez en 1979. Eran las primeras elecciones municipales en periodo democrático. En aquel momento tenía 40 años y poco hacía presagiar que 40 años después seguiría en un cargo. Este 2019 será el último de su carrera política que inició con el PSOE en ese año a finales de los 70 en el que, según recuerda a este diario, salió elegido tras una votación por unanimidad entre los concejales socialistas y los de la UCD.

El alcalde de Benimantell seguía ayer con la humildad que le caracteriza. Recordó a este diario aquel inicio en democracia cuando en el Ayuntamiento «sólo había máquinas de escribir» y apenas empleados, de hecho el secretario era el maestro. Él se dedicaba a la construcción en aquel momento y el campanario lleva su sello. Pero entre sus tareas como primer edil estaban las de arreglar tuberías o desperfectos: «el alcalde hacía de todo». Y todo sin cobrar un sueldo en todos estos años.

Miralles no se atreve a dar una razón por la que ha sido el más votado durante 10 elecciones municipales seguidas pero lo cierto es que los vecinos ayer también le mostraron su respaldo con aplausos a la llegada al Ayuntamiento donde le esperaban compañeros de partido de la comarca y otros alcaldes, que aunque no eran del PSOE, siempre han «hecho piña» con Felip cuando ha habido que trabajar juntos.

El alcalde de Benimantell siempre ha presumido de que en los plenos, todo ha salido sin discusión. Este será su último mandato. Ya intentó dejar de ser el candidato en varias elecciones anteriores pero no se lo permitieron. Ahora cierra un ciclo con un homenaje que su familia considera que es el mejor cierre a su carrera política. «No lo han derrotado nunca; eso dicen todos».

Ayer la plaza se llenó. Entre ellos, dos personas que saben lo que es estar en un cargo más de cuatro décadas: el alcalde de l'Alqueria d'Asnar, Jaume Pascual; y el de Almudaina, José Luís Seguí. El primero también elegido por primera vez en 1979 y el segundo desde 1972. Los tres se fundieron en un abrazo como hace diez años cuando la Diputación de Alicante les rindió homenaje por permanecer en el cargo desde el inicio de la Democracia y con motivo de la conmemoración de la décima legislatura de las corporaciones.

También acudieron alcaldes o concejales de Guadalest, Confrides, Tàrbena, Polop, La Vila Joiosa, Callosa d'en Sarrià o l'Alfàs del Pi; y compañeros del PSOE como la secretaria de la Marina Baixa, Maite García, o el secretario provincial José Chulvi. Todo para dar un último homenaje a Felip Miralles antes de dejar el cargo.