Su primera incursión pública como pintor fue en 1933, en la II Exposición de Pintores Noveles del Ateneo de Alicante. La última, de momento, será el próximo martes cuando se proyecte en la Casa Bardín el documental González Santana. Perteneciente a la serie Pintura y pintores alicantinos, realizada por el entonces Instituto de Estudios Alicantinos entre los años 1979 y 1983, esta película retrata a este artista autodidacta que tuvo gran relevancia en el arte local.

La cinta, rodada en Súper 8, forma parte del proyecto iniciado por el actual Instituto de Cultura Juan Gil-Albert para recuperar este patrimonio audiovisual, gracias a la digitalización realizada por la Filmoteca Valenciana de los quince documentales que conforman esta colección. Estas producciones fueron realizadas por el Aula de Cine, bajo la dirección de José Ramón Clemente, que fue también el encargado de coordinar esta serie, entre otros audiovisuales sobre patrimonio de Alicante.

La película que retrata a Manuel González Santana (Alicante, 1904-1994), que tiene una duración de 9 minutos, cuenta con el guion de Tomás y Manuel Martínez Blasco (este último pone también la voz en off en el documental); Salvador Picher como ayudante de dirección y Domingo Rodes como realizador.

El acto, que comenzará a las 19.30 horas, contará con las intervenciones de Carmen González, hija del pintor, y José Piqueras, profesor, comisario de exposiciones, artista, pintor y grabador, que firma la primera monografía que se realizó del pintor alicantino.

«Lo que ocurre con González Santana es que al nacer en 1904 y morir en 1994, su vida y su trayectoria cubren todo el siglo XX y su figura ha ido recogiendo la propia evolución artística alicantina», afirma Piqueras.

Este artista, galardonado con varios premios y con obra en colecciones privadas y públicas de varios países, fue un pintor «vocacional», que desarrolló su obra «en los 50 y 60, sobre todo, a unos niveles bastante importantes».

En esa década participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid, en la Bienal del Reino de Valencia, expuso en Lima, Madrid, París y La Habana. «Lo más importante de Santana es su idea de la pintura, era emocional, una pintura que se enfrenta a la naturaleza sin filtros». Para Piqueras, «era un hombre bastante culto, pese a ser autodidacta; en los años 30 estaba al tanto del arte europeo, siempre estuvo muy atento a su tiempo. De hecho, tiene libros del pop americano muy pronto, le interesaba la novedad».

Como figura, Manuel González Santana representa «esa generación posterior a Varela, en la que están Manuel Baeza, Adriano Carrillo y más tarde Xavier Soler y José Pérezgil».