La artista visual Rosell Meseguer (Orihuela, 1976) no es geóloga, ni química, pero se atreve a hacer arte a partir de la ciencia creando un diccionario con los elementos de la tabla periódica y algunos de sus derivados fósiles, o elaborando una colección de libros de artista sobre metales nativos. Esto forma parte del proyecto Tierras raras, que el próximo 16 de febrero expondrá en el flamante Centro Botín de Santander hasta el siguiente 12 de mayo, y en el que reflexiona sobre el origen y el uso de los recursos fósiles.

La artista alicantina fue en 2017 una de las diez seleccionadas por la Fundación Botín para disfrutar de una beca de 23.000 euros en el programa de artes plásticas y poder desarrollar su proyecto artístico durante el último año y medio. La propuesta de Meseger, y la de otros nueve creadores, fue elegida entre más de medio millar de proyectos llegados de 35 países en esta XXV convocatoria, cuyos resultados se mostrarán en el Centro Botín a través de la exposición Itinerarios, una cita fundamental con lo más novedoso del arte contemporáneo actual.

Tierras raras -el conjunto de 17 elementos (especialmente minerales y metales) de extracción dispersa y uso cada vez mayor en la tecnología- da nombre al proyecto multidisciplinar de Messeguer, que incluye fotografía, pintura y objetos diversos en una instalación.

Estos 17 nombres llamaron inicialmente la atención de esta doctora en Bellas Artes al tratarse de «un grupo de elementos la tabla periódica que se utiliza para tecnología. El europio, por ejemplo, es un fluorescente que se usa sobre todo para evitar falsificaciones de billetes de euros», explica la artista, que finalmente extendió su investigación «a toda la tabla periódica de los elementos», considerada el alfabeto de la química, que cumple 150 años, y cuyos elementos más conocidos son el oro, la plata o el cobre, aunque no dejan de sumarse nombres nuevos.

De ahí ha salido uno de los principales objetos artísticos del proyecto de Rosell Meseguer: Quadra Minerale, un diccionario de todos los elementos de la tabla (118) y algunos de sus derivados, como el petróleo (170 conceptos en total), «con datos reales pero con mi visión de cómo esos elementos forman parte de nuestra vida diaria -en la tecnología, en la construcción...- y también de las problemáticas sociales y políticas que provocan. El litio o el coltán se utilizan para fabricar las baterías de los móviles, que en el Congo han causado una guerra por su extracción», indica la autora.

¿Y cómo lleva al arte algo así? La artista, explica, acompaña el diccionario con imágenes, objetos del taller, mapas obras suyas o de otros artistas, «todos los elementos están en nuestro día a día y se trata de traer al terreno del arte la tabla y vincularla a obras ya hechas, acercar todos esos elementos a lo doméstico, a lo común».

El diccionario «imita el concepto de enciclopedia con toques contemporáneos» indicando la etimología del nombre, cuándo aparece, cómo se extrae y para qué se usa. Está acabado pero no editado y en el Centro Botín se expondrá la maqueta de la primera impresión, que prevé publicarse en colaboración con el Colegio de Geólogos.

También habrá una mesa y una vitrina del Museo Geominero de España, donde se mostrará una colección de libros de artista realizada sobre metales nativos (cobre, oro, plata, aluminio, mercurio y plomo) con hojas pintadas a mano de varias capas, además de otro libro, La pieza abierta, con papeles emulsionados con pintura inspirados en varios minerales.

«La gente va a ver un proyecto sobre la tabla periódica, sobre cómo la entendemos desde el uso cotidiano y, al mismo tiempo, llamar la atención sobre las problemáticas geopolíticas, sociales o medioambientales generadas por su control. Yo no marco ninguna ideología, intento que los espectadores vean y reflexionen», considera Rosell Meseguer, que lleva desde el año 2003 trabajando con minerales en anteriores proyectos de su obra, también interesada en la memoria y el olvido.

La artista oriolana afincada en Madrid cuelga estos días en Las Cigarreras su primer muestra individual en Alicante (La disuasión: la marea y el límite) y recientemente participó en la anterior muestra de la Lonja 365 ALC dedicada al paisaje. Para Meseguer, la beca de la Fundación Botín es «una de las más prestigiosas que existen, que me ha permitido trabajar en este proyecto tanto tiempo. Que te elijan da confianza».