Descripció

Alacant va ser l'últim escenari de la Guerra Civil. Aquest llibre intenta explicar com van transcórrer els tres anys de conflicte per als habitants de la ciutat, el dia a dia de milers de persones que van patir la guerra a centenars de quilòmetres del front de batalla, lliurats a la producció de subministraments per al front i a les seues activitats diàries: les més bàsiques, com treballar, dormir, atendre a la família... però també fer la compra, cuinar, passejar, anar al cinema... en definitiva, viure. No es tracta, per tant, d'una obra centrada en el desenvolupament del conflicte bèl·lic, sinó en la vida de les persones en una època incerta i convulsa marcada per la carestia i pels cruels bombardejos quasi diaris sobre la població civil. Per la seua especial rellevància i especificitat, també es descriuen els casos d'Alcoi i Elx. L'edició, que incorpora una important selecció fotogràfica, es complementa amb una col·lecció de fragments dels diaris d'Eliseu Gómez Serrano i Àngel Pérez Devesa, que sens dubte facilitaran al lector l'acostament a la realitat d'un període tan difícil.

Els autors

Cada capítol està escrit per investigadors i especialistes en la matèria corresponent: Pablo Rosser (Aj. Alacant), José R. García (MAE, Finestrat), Àngel Beneito i Francesc Blay (CAEHA, Alcoi), Miguel Ors (UHM), José R. Valero (UA), Josep Bernabeu (UA), José A. Ríos (UA) i Grup Llapis.

Fitxa del llibre

14×20 cm 100 pàgines

PVP: 12 € Versió en castellà: Alicante en guerra. La vida en la retaguardia. De venda en llibreries i en el web Publicacions.ua.es

Miércoles, 22 de febrero de 1939, per Eliseo Gómez Serrano(Diarios de la Guerra Civil)

He pasado la mañana en Santapola para ver de conseguir pescado. Hace tiempo que no lo comemos, porque al mercado de Alicante no traen y es forzoso ir a los pueblos costeros para tratar de lograrlo. En Santa Pola no falta. Casi todo el mundo tiene, pero nadie lo vende por dinero. Es preciso cambiar por lo que sea, principalmente víveres, y también tabaco. Esto último es lo que principalmente puedo ofrecer, dedicando a ello mi suministro, y al fin, entre varios pescadores o sus mujeres adquiero nueve kilos de pescado variado, sin que entre él figuren, por desgracia, los ricos salmonetes y las sabrosas merluzas. [...]

Hemos llegado a un punto de penuria, mejor diría de miseria, tal que ya lo más indispensable falta. No hay nada de nada en ninguna parte. Ni medicamentos en las farmacias, ni comestibles en los ultramarinos, ni tejidos en las tiendas, ni calzado en las zapaterías, ni material en los establecimientos de electricidad, ni cristal, loza o porcelana, ni materiales de construcción. Los carpinteros y ebanistas no pueden trabajar por falta de maderas, colas, clavos, tornillos, cerraduras y herramientas. Los pintores no encuentran colores, barnices ni pinceles. Los hojalateros carecen de zinc, hojalata y estaño. Los periódicos interrumpen con gran frecuencia su publicación por falta de papel. En la Normal no pueden darse debidamente las clases de dibujo por no disponer de papel, lápices ni gomas de borrar. [...]

Vivimos no sé cómo. Y casi cada día, bombardeos aéreos. Así el lunes o martes. Hoy se ha frustrado el propósito enemigo, pues sus aviones se han visto obligados a descargar en el mar a tres millas de la costa. Pero de 10.30 hasta dos horas más tarde, en Alicante no se hace nada. Todo el mundo está pendiente de los bombardeos. Por mi parte he dado orden de que las oficinas de la Normal se abran solo de 3 a 6 de la tarde.