Las obras de acondicionamiento y consolidación de la cimentación de la iglesia de Sant Bertomeu de Finestrat, que han obligado a excavar en la cripta, han descubierto un conjunto de monedas de plata que, junto a varios pequeños crucifijos y cadenitas, estaría alojado en una bolsita de cuero que se depositó formando parte de uno de los enterramientos. En este sentido, las monedas más antiguas son de dos reales de plata de Felipe V, en las que se distingue el cuartelado de castillos y leones dentro de una orla de ocho lóbulos con la leyenda. Pero también hay varios reales de plata de Fernando VI (1746-1759); y dos reales de plata con busto de Carlos III con la leyenda CAROLUS III DEI G 1788 y escudo coronado de castillos y leones con escusón. La última moneda de 1788 es de Carlos IV.

«Lo cierto es que este hallazgo es cuanto menos sorprendente porque en el mundo cristiano no se entierra con ajuar. Y tampoco es común que alguien se lleve el dinero a la tumba. Sobre todo cuando estamos hablando de reales de plata que tenían un valor considerable en la época», comenta el arqueólogo municipal, José Ramón García Gandía. «Estamos hablando de bastante dinero, y que la bolsita esté ahí junto al muerto, y que incluso la familia pueda dejar la bolsita ahí, es raro. El señor o señora debía de imponer respeto hasta después de muerto, porque está claro que alguien se lo podría haber llevado», agrega.

Estos trabajos de acondicionamiento y consolidación de los cimientos, realizados por el Ayuntamiento de Finestrat y el obispado de Orihuela-Alicante, han sacado también a la luz un conjunto interesante de cerámica, bronces y terracotas datados, hasta la fecha, a lo largo del siglo XVIII.

Esta cripta en la iglesia de Finestrat era el lugar de los enterramientos hasta 1751, sobre todo a partir de la cédula de Carlos III que prohibía los sepelios en los interiores de la iglesia y obligaba, por otro lado, la construcción de cementerios en las afueras de la ciudad (lo que era una medida sobre todo para evitar enfermedades).

Las monedas ahora recuperadas se están limpiando y posteriormente serán expuestas. Eso sí, lo difícil será hallar la familia propietaria porque solos los libros de la iglesia hablan de más de 3.000 enterramientos durante aquellos años.