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Albert Alcaraz: «El coro del Liceu de Barcelona es un Ferrari»

El músico alicantino supervisa y coordina los trabajos del coro más antiguo de España en uno de los teatros operísticos más importantes del mundo

El alicantino Albert Alcaraz, a la derecha de la imagen, en unos trabajos recientes.

El alicantino Albert Alcaraz anda en estos días en el Liceu de Barcelona con la producción Madam Butterfly con la soprano Ainhoa Arteta, aunque si tuviera que recordar una actuación reciente con el coro, guarda con emoción el Réquiem de Verdi en la Catedral de Barcelona en el homenaje a Montserrat Caballé.

En este sentido, Alcaraz reivindica el legado del compositor alicantino Óscar Esplá, injustamente olvidado, y define el nacimiento de la orquesta Simfònica del ADDA como una «oportunidad cultural histórica».

¿Qué significa formar parte del Liceu de Barcelona?

El Liceu es uno de los mejores teatros de ópera del mundo, entre los cinco o seis mejores, y por aquí pasan nombres como Javier Camarena, Ainhoa Arteta, Carlos Álvarez, Plácido Domingo o directores como Josep Pons. Cuando me lo ofrecieron no me lo pensé dos veces... incluso dejé pasar mi plaza de oposición que había ganado en Lieja.

¿Quiénes integran el coro del Liceu?

El coro del Liceu de Barcelona está formado de 60 a 80 personas de 30 nacionalidades diferentes, ya que está integrado por profesionales de Corea, Alemania, Hungría, Bulgaria, Armenia, Inglaterra, Escocia, Argentina, Uruguay... Gente de todo el mundo. Es, sin duda, uno de los coros más importantes del mundo y el más antiguo de España. Yo siempre digo que este coro es un Ferrari en el que hay mucho trabajo.

¿En qué trabajan ahora?

Estamos con varias producciones a la vez. Ahora mismo estamos con Madam Butterfly con Ainhoa Arteta, y otro estreno con uno de los mejores directores catalanes de los últimos años, Benet Casablanca.

¿Y qué particularidades tiene el coro el Liceu de Barcelona?

El coro tiene unas 60 personas fijas aunque depende de las producciones podemos llegar a las 80 o 90 personas. Todo depende de la producción y si, por ejemplo, trabajamos Wagner podemos llegar a las 100 voces. En España hay muy pocos coros profesionales, no como en Alemania o Francia, que hay muchos más. En España está el coro del Teatro Real, RTVE, el de la Comunidad de Madrid, el Palau de les Arts y el Liceu, el más antiguo de España. Mi trabajo es la coordinación de las tareas del coro aunque se trabajan otros muchos aspectos con la orquesta. Al coro además se les exige un mantenimiento físico y mental en el que tienes que estar absolutamente volcado. Tienes que conocer diferentes idiomas, estudiar el material de tres horas de música y de memoria. Eso no lo hace un coro cualquiera, puesto que en otros muchos tienen partituras.

¿Es un coro de solistas?

Las oposiciones de admisión para el coro del Liceu son muy duras. Se les solicita unas titulaciones, un guión musical, un nivel de canto... aquí hay 60 solistas que además son cantantes de coro, y eso es bastante complicado. Hay muchos solistas pero que luego sepan cantar en un coro... es difícil. En el último concurso de oposición vinieron unas 100 personas de todo el mundo y lo ganó una chica de Hungría.

¿Cuántas personas trabajan en una ópera del Liceu?

Puede que hasta 300. Yo me encargo del trabajo musical, pero luego hay mucho más. Esto es una casa gigante. Está el departamento de sastrería, recursos humanos, luces, traducción... Podemos estar con una obra del Royal, por ejemplo, y tienen que supervisarlo todo.

¿Cómo son los ensayos y el día a día en el Liceu?

Se trabaja muy duro. Aquí hay un respeto profesional muy grande a todo el mundo que viene. Son muy intensos aunque una producción o una actuación puntual lo puede cambiar todo. Aquí no se puede decir que «no» porque es uno de los mejores escenarios del mundo. Hace poco estábamos trabajando para unos ensayos y, de pronto, tuvimos que cambiar sobre la marcha para preparar el Réquiem de Verdi que realizamos en la Catedral de Barcelona por el homenaje a Montserrat Caballé.

¿La ópera y la música clásica atraen turismo?

Aquí hay gente de Rusia que coge un avión expresamente para escuchar lírica en el Liceu de Barcelona. Y hay de todos los precios, ojo. Una entrada puede costarte mucho dinero pero hay otras muchas ofertas para la gente joven en el Liceu.

¿Qué le parece la creación de la orquesta Simfònica del ADDA?

Es un orgullo que Alicante y el ADDA tenga la orquesta Simfònica. Porque las personas como yo, si hubiésemos tenido una Simfònica cuando éramos jóvenes, podríamos haber visto más conciertos, ver más directores... En Alicante la orquesta Simfònica es una oportunidad cultural histórica con Josep Vicent al frente. A medio camino, estaría bien también contar con un coro. Me parece sin duda muy interesante la orquesta Simfònica, al que seguro acudirán alumnos de todos los conservatorios de la provincia, de Alicante, Cox o donde fuerte, que estarán también atentos a los directores, compositores y obras que pasen... Me parece un acierto y es algo maravilloso para todos. Ojalá tuviéramos como en otros países más orquestas y coros.

Hay quien critica esta inversión económica...

Con cada concierto vendrá gente a comer y cenar a Alicante, a consumir de alguna manera, que es lo que ya ocurre en Barcelona con otras tantas obras que llegan al Liceu. Gente que viene de Estados Unidos o Rusia aprovecha para ver una actuación y, de paso, se hospeda unos días en la ciudad. Hay gente que tiene el abono y es de Madrid y Zaragoza y viene unos días... Siempre es una inversión la cultura.

¿Quién es el músico alicantino más olvidado?

Óscar Esplá. Para mí es uno de los grandes entre los grandes y, sin embargo, no hay nada grabado. Por eso me gustaría que sus obras estuvieran grabadas, que sus óperas fueran más veces representadas... y todo eso tiene que partir desde nosotros. Su legado es uno de los más olvidados.

¿En qué proyecto se está trabajando?

El año que viene se cumple el XX aniversario del incendio en el Liceu de Barcelona... y todas las producciones serán espectaculares.

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