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El Prado celebra sus 200 años con Antonio Gisbert

La pinacoteca nacional inaugura en marzo una exposición dedicada a Fusilamiento de Torrijos, obra cumbre del pintor alcoyano del siglo XIX, que se acompañará de bocetos y documentos

Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga (1888) de Gisbert, perteneciente al Prado; al lado, foto ante la obra en 2007. COLECCIÓN MUSEO DEL PRADO

Antonio Gisbert Pérez (Alcoy, 1834-París, 1902) es uno de los grandes maestros de la pintura de historia en nuestro país y en Alicante apenas se le recuerda con una calle que no incluye su nombre de pila (del pintor Gisbert). A pesar de que el Museo de Bellas Artes Gravina (Mubag) cuenta con cuatro obras suyas habitualmente en exhibición, Gisbert es un artista prácticamente desconocido para muchos alicantinos y sobre él, precisamente, el Museo del Prado pondrá el foco el próximo mes de marzo con una exposición dedicada a una de sus mejores y mayores obras: Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga, de 1888.

Esta pieza, que Gisbert pintó por encargo del gobierno liberal de Sagasta para el museo nacional como ejemplo de la defensa de las libertades, se encuentra expuesta en una de las salas del Prado y sirvió de fondo en 2007 para la foto oficial de los Reyes y los entonces Príncipes de Asturias en la inauguración de la mayor ampliación que vivió el museo.

Ahora, con motivo del 200 aniversario de la pinacoteca que se celebra este año, el Fusilamiento de Torrijos se presentará en una exposición -del 26 de marzo al 30 de junio- junto a dos bocetos preparatorios que alberga el museo, estampas y documentos relacionados con la pintura. Esta es la información avanzada en la web del museo hasta la inauguración de la muestra, que se presenta bajo el epígrafe de Una pintura para una nación, y que considera esta obra de Gisbert como «el cuadro más destacado del último periodo de la pintura de historia en España» y la «obra maestra de toda la producción de Gisbert», una de las «indiscutibles y más bellas cumbres alcanzadas por el género histórico en España» durante el antepasado siglo.

De esta pieza, además de su calidad pictórica, se subraya la intensa carga política en defensa de la libertad y en contra del absolutismo contenida en su composición, ya que reivindica la nobleza y dignidad de la memoria del político liberal José María Torrijos en 1831 y de sus compañeros, de todas clases sociales, fusilados sin juicio previo por orden de Fernando VII.

El cuadro fue directamente encargado para el museo durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena por el gobierno liberal de Práxedes Mateo Sagasta a través de un real decreto en 1886 al pintor alcoyano, ya entonces consagrado como artista abanderado del partido liberal desde que pintó Los Comuneros.

Formado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y pensionado en Roma entre 1855 y 1858, Antonio Gisbert fue director del Museo del Prado sustituyendo a Federico Madrazo desde 1868 a 1873 -que aprovechó para abrir al público muchas de sus salas- y, tras la restauración borbónica con Alfonso XII se instaló en París.

Allí, en su estudio de la calle de la Bruyere y con 53 años, según la información del museo, pintó Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga. La directora técnica del Mubag, Joserre Perezgil, apunta que volvió a España para tomar apuntes sobre esta obra y define a Gisbert como «un pintor excepcional, fundamental para comprender la pintura alicantina y española del siglo XIX».

De formación academicista, Perezgil recuerda que la pintura del alcoyano es «de un realismo minucioso y en sus obras se ve un completo dominio del dibujo y del color, de veladura fantástica para ver el detalle, así como el dramatismo en los rostros y en la escena de este cuadro».

Junto a Eduardo Rosales, Gisbert es uno de los máximos representantes de la pintura de historia, de grandes personajes y acontecimientos, del siglo XIX que, aclara Perezgil, era una de las dos temáticas imperantes en la pintura de ese siglo, junto a la social.

«La pintura del siglo XIX no es muy conocida, y la figura de Gisbert tampoco, a pesar de que fue un siglo muy fructífero para los artistas de la provincia. Además de Gisbert, gente como Fernando Cabrera, Vicente Poveda, Emilio Sala, Joaquín Agrasot, Heliodoro Guillén o Antonio Amorós... Hay un elenco muy potente alicantino», explica la responsable del Mubag, que añade que hasta que el Museo del Prado no recuperó muchas de las pinturas del XIX en el Casón del Buen Retiro, primero, con la marcha del Guernica y, después, con la ampliación del museo, no se tuvo en cuenta el arte de este siglo. Dadas sus dimensiones -el óleo mide 3,90 x 6 metros- y su apreciable calidad, el cuadro ocupó el hueco dejado por el Guernica de Picasso cuando este se trasladó del Casón del Buen Retiro en 1993 -bajo dirección de Felipe Garín- al Museo Reina Sofía y se desempolvaron otras grandes pinturas del siglo XIX almacenadas hasta entonces.

Joserre Perezgil considera «una idea magnífica y estupenda» la exposición en profundidad de Fusilamiento de Torrijos de Gisbert para destacar la figura de este artista alcoyano en el museo alicantino, «nos viene bien para poner en valor -cuando volvamos a abrir después de la reforma- la obra que de él tenemos aquí».

El Mubag cuenta con dos óleos pertenecientes a la Diputación de Alicante: Retrato de la dama de azul y Escena galante, así como una versión atribuida de La ejecución de los comuneros de Castilla, cuya pintura original se encuentra en el Palacio de las Cortes de Madrid.

Además, también de forma permanente, el museo alicantino cuenta con dos obras de Antonio Gisbert cedidas en depósito por el Museo del Prado, los retratos de Matilde Periche y El capitán general Francisco de Serrano y Domínguez, I duque de la Torre desde que en 2012 se inauguró la exposición El siglo XIX en el Mubag. De la formación a la plenitud del artista. Estos depósitos no tienen fecha de caducidad y se van prorrogando cada cinco años si ambas partes están de acuerdo.

El Prado, además, tiene en propiedad otro óleo de Gisbert (Liuva I) en depósito en el Congreso de los Diputados, además de los bocetos previos de los Fusilamientos de Torrijos.

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