Cada día que pasa, agregaron, 1.800 niños menores de esa edad padecen nuevas infecciones por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH); en el mundo, 1.400 mueren por enfermedades relacionadas con él y más de 6.000 jóvenes de 15 a 24 años contraen la enfermedad.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef); y el Programa de la ONU contra el Sida (ONUSIDA); coincidieron en señalar que estas alarmantes cifras se deben a factores como que menos de un 10 por ciento de las mujeres embarazadas portadoras del VIH reciben servicios para evitar la transmisión vertical a sus recién nacidos.

Asimismo, menos de un 10 por ciento de los 15 millones de niños que han quedado huérfanos o que son vulnerables a causa del sida reciben asistencia pública o tienen acceso a servicios de apoyo.

A todo ello hay que sumar la falta de políticas educativas sobre prevención, los tabúes sociales sobre el sexo que aún hoy perduran en algunas regiones del planeta y los clichés sexistas y discriminatorios hacia las mujeres.

En África subsahariana menos de una tercera parte de las mujeres de 15 a 24 años poseen información completa sobre cómo evitar el contagio de la enfermedad y uno de cada cinco jóvenes de América Latina defiende la violencia contra la mujer.

En una encuesta efectuada en Uruguay por la ONG Iniciativa Latinoamericana se puso de manifiesto que la mayoría de los jóvenes consultados considera que las características que debe poseer toda mujer son "comprensión y delicadeza", así como ser "cariñosas" y "buenas madres".

Por su parte, las jóvenes encuestadas resaltaban que los hombres debían ser "trabajadores", "buenos padres" y "agresivos".

Las cifras de América Latina y el Caribe facilitadas por ONUSIDA indican que en 2005 había 54.000 niños menores de 15 años con VIH, hubo 8.700 nuevos infectados y 6.000 murieron a causa del sida.

En estas regiones, el 40 por ciento de los contagiados por el virus son adolescentes y jóvenes y menos del 30 por ciento de las mujeres embarazadas diagnosticadas con ViH tienen acceso a los servicios para prevenir la transmisión a sus hijos.

ONUSIDA prevé que, de seguir así la tendencia, en 2010 casi un millón de niños habrán perdido a uno o a sus dos progenitores por causas relacionadas con el sida.