Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

«Mi novela es una forma de afrontar el último peldaño hacia la muerte»

Evocadora es una obra que, para Verónica, su creadora, es una reflexión sobre la debilidad del ser humano en una «coyuntura vital límite»

La escritora Verónica Martínez Amat. información

¿Qué es Evocadora?

Evocadora es una novela de ficción en un entramado de hechos que pretenden ser reales, en donde la protagonista se ve envuelta en una coyuntura vital límite que la sitúa en una especie de mundo paralelo entre la vida y la muerte. Los lectores van a encontrarse con unos personajes rotos, cuyas vidas anteriores estaban sometidas a un ritmo vertiginoso incontrolable que termina por acercarles hacia ese punto de tránsito fatídico, antesala de la muerte, en el que deben luchar por sobreponerse a sus miedos y hacer un ejercicio de reflexión interior que facilite su regreso al mundo real.

¿Y qué ha sido lo más difícil de trabajar en el libro?

Hacer verosímil ese escenario en un mundo supuestamente irreal, junto al encaje de cada uno de los personajes con su problemática singular, sin llegar a perder la personalidad de los protagonistas y mantener un seductor ritmo adictivo para que el lector no deje de buscar respuestas a las situaciones descritas.

¿En qué género se incluiría Evocadora? ¿En el paranormal?

Aunque no me gusta poner etiquetas, no es una novela paranormal, tiene mucho de realidad porque se centra, además, en la respuesta y la superación de las mujeres ante un escenario de predominio masculino dominante y rechazable; a su vez, es una reflexión sobre la debilidad del ser humano y su forma de afrontar el último peldaño hacia la muerte. Más bien, es un imaginario en el que podríamos encontrarnos los seres humanos antes de nuestra despedida de este mundo.

¿Sigue algún sistema de trabajo?

En la novela histórica establezco un largo proceso de documentación y análisis de aquellos hechos históricos propios de la novela a escribir. Después, pongo en orden los hechos y los personajes, y cuando lo tengo estructurado en mi cabeza, comienzo a redactar. En la novela de ficción, sí tengo un esquema previo de los asuntos a desarrollar y voy articulando mi trabajo conforme a lo establecido previamente, y a este proceso le voy incorporando aquellas ideas o matizaciones que van surgiendo.

¿Cree en la inspiración?

Por supuesto, la inspiración es primordial a la hora de pergeñar la trama de cualquier tipo de novela. Soy una persona muy observadora, y el más mínimo detalle de la vida cotidiana puede hacer saltar esa chispa necesaria que se convierta en el inicio de una historia, en el distintivo identitario de un personaje, en la sugerencia de una determinada situación o en el foco que me indica hacia dónde dirigir mi relato.

¿Qué es la literatura?

Como ávida lectora y como escritora constante, la literatura es, ante todo, mi vida. Yo vivo en la literatura. Es el soporte que me permite soñar, vivir aventuras, imaginar, ver cumplidos mis anhelos, ser partícipe de otras vidas y otros momentos en forma de personajes inventados, imbuirme en aquellos documentos antiguos para dar forma a mis relatos históricos, etc? En definitiva, para mí los libros son vida.

¿Libro digital o impreso?

La erótica del contacto con el papel es inigualable. Alguien dijo que la lectura es un placer íntimo y yo añado que, en mi percepción lectora, no se disfruta tanto de la palabra escrita como con el libro físico entre tus manos, el acariciarlo, el sentir ese sonido de cada hoja que vas pasando, el aroma a tinta y celulosa, a papel bien tratado. En mi caso, el libro digital no me permite concentrarme igual en las palabras y me resulta más molesto regresar atrás para releer, comparar y situarme de nuevo en el avance de la lectura.

¿Qué le duele o incomoda?

Me duele el que la gente no lea más: la conciencia ciudadana debería exigir una mayor aproximación a los libros y al conocimiento de sus autores.Es imprescindible despertar el interés de la juventud hacia el mundo de la creación literaria, tanto en el aspecto de ser lectores como en el de ser escritores. Falta valentía para ponerse delante de una hoja en blanco y expresar lo que cada cual lleva dentro. La regla fundamental para escribir es leer, leer y leer. El mundo editorial está excesivamente comercializado y hace falta un impulso decidido para apoyar a los nuevos escritores que, en ocasiones, demuestran mayor calidad que otros, supuestamente, consagrados. Muchas veces, este mundo editorial no reconoce lo suficiente el esfuerzo, casi siempre titánico, de quienes nos dedicamos a escribir.

¿Tiene razones Verónica Martínez Amat para creer en los premios literarios?

Salvo en honrosas excepciones, los premios no alcanzan a verificar la valía de los escritores, pero sí suponen un estímulo y un reconocimiento circunstancial para las personas que nos dedicamos a escribir y publicar. En ocasiones, se detecta que premios otorgados no están en consonancia con la calidad literaria de la persona premiada, sino más bien con el impacto mediático del momento.

¿Ha sido 2018 el año de la revolución femenina?

Se ha conseguido situar en el centro de las preocupaciones ciudadanas la cuestión inaplazable y exigible de la igualdad de género, pero a nadie se nos oculta que esta es una cruzada permanente y que los años venideros van a ser determinantes para conseguir una completa igualdad entre todos los seres humanos.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats